MADRID.- Dos o tres años más de vida. Eso es lo que le queda al ciclismo si no cambia, pronosticó hoy Patrice Clerc, el máximo responsable de la empresa que organiza el Tour de Francia.
"La legitimidad es la base, y consiste en que el evento sea algo creíble, sin mancha de sospecha. Y eso se adquiere con tiempo, con ética y con credibilidad", dijo Clerc durante un encuentro con la prensa en Madrid.
Y en esa búsqueda de recuperar la credibilidad se enmarca la decisión de castigar y dejar fuera de la edición del Tour de 2008 al equipo Astana por sus constantes escándalos por doping, pese a que ahora presente una nueva estructura con el fichaje del español Alberto Contador como principal novedad. Por lo tanto, Contador, pese a ser el actual campeón en París, no estará en la salida del Tour.
"Va a reducir el interés del Tour, pero es indispensable para la imagen del deporte. Si no recupera la credibilidad, en dos o tres años, el ciclismo morirá. El riesgo es máximo", fue su sentencia.
"El ciclismo es uno de los grandes deportes del planeta. El ciclismo es el héroe, el hombre, los más valientes, la proximidad al aficionado. Lo tenía todo, pero lo han estropeado cometiendo todos los errores posibles. El único problema es la credibilidad", dijo defendiendo la salud del deporte.
Clerc aseguró que el derecho a dejar participar a un equipo o no en el Tour es lo único que está en mano de los organizadores. "No tenemos ningún poder en materia de doping, nuestro poder es sólo ser víctimas, no tenemos nada para defendernos".
"Tenemos el derecho a no sentarnos con el ladrón a la mesa", apostilló Víctor Cordero, director de la Vuelta a España, que sí admite a Astana, aunque le avisó de que "cualquier estupidez supondría su expulsión".
Tour y Vuelta, con su decisión de ser ellos los que decidan qué equipos corren en sus carreras, están unidos en su batalla contra la Unión Ciclista Internacional (UCI), cuya serie ProTour saltó por los aires sin el acuerdo con las grandes pruebas.
Con la tranquilidad que le da tener en su mano la carrera ciclista más importante del mundo, Clerc atacó nuevamente a la UCI, a la que acusó de aprovechar su situación de privilegio para intentar lucrarse comercialmente sin el apoyo de los organizadores a través del ProTour, una especie de Fórmula 1 del ciclismo que ya quedó extinguida.