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El caos se apoderó del fugaz paso de la antorcha olímpica por San Francisco

El recorrido estuvo marcado por las protestas contra China, las extremas medidas de seguridad y los sorpresivos cambios en el protocolo.

09 de Abril de 2008 | 22:39 | DPA
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Éste es el dispositivo de seguridad que acompañó a la antorcha olímpica en su paso por San Francisco.

EFE

SAN FRANCISCO.- Las protestas contra China, las extremas medidas de seguridad y los cambios por sorpresa en el protocolo convirtieron en un caos el paso de la antorcha olímpica de Beijing 2008 por San Francisco.


Las autoridades consiguieron su objetivo: que nadie apagase la antorcha, pero a cambio dejaron a miles de personas desilusionadas, entre ellas numerosos relevistas que llevaban meses o años esperando poder portar la significativa llama.


El recorrido por las calles de San Francisco tuvo que ser cambiado sin anuncios, durante interminables minutos nadie sabía donde estaba la llama olímpica, la ceremonia que debía celebrarse en la céntrica plaza de Justin Herman fue suspendida y la antorcha fue llevada casi clandestinamente en un autobús hacia el aeropuerto.


Desde las primeras horas de la mañana, miles de personas se congregaron a ambos lados de las calles alrededor de la marina, por donde desde hacía meses se había anunciado que pasaría la antorcha.


Sin embargo, cuando poco después del mediodía salió el primer relevista del paseo de McCovey Cove, junto al estadio de béisbol de los Giants y al borde del agua, en lugar de dirigirse hacia donde estaba el público tomó el sentido contrario y entró en uno de los edificios de los muelles.


Durante unos minutos, la confusión se apoderó del público. Unos 20 minutos más tarde, salió del edificio una caravana de vehículos, escoltada por motocicletas de policía, que se dirigió hacia el centro de la ciudad.


En la avenida de Van Ness la comitiva paró y la antorcha volvió a ser vista. Con la mitad de la ciudad esperando el paso del fuego por otras calles, un puñado de relevistas pudieron pasarse durante unos pocos metros el fuego a la manera tradicional en dirección al famoso puente del Golden Gate.


Muy pocos la vieron pasar


A su alrededor, la antorcha tenía una protección digna de película. Una batería de policías en motocicleta constituía la primera barrera entre el fuego y el público. La segunda barricada móvil la formaban policías vestidos con trajes antidisturbios y armados con bastones. El tercer cordón era el de los ya famosos policías de elite enviados por China para proteger la llama.


En medio, uno de los 76 relevistas portaba casi con timidez la antorcha y de vez en cuando saludaba a izquierda y derecha, donde prácticamente sólo encontraba cascos de policías.


Pronto corrió la voz entre las multitudes, que se desplazaron hacia el nuevo recorrido de la antorcha. A medida que la gente se fue acumulando, se vivieron las escenas más tensas. Algunos manifestantes, en su mayoría portando mensajes a favor del Tíbet, intentaron acercarse hasta la antorcha, pero fueron repelidos de inmediato por la policía.


Según la policía no hubo ningún arresto. Pero sí se registraron numerosos incidentes, peleas y hasta un ataque con un pulverizador de gas pimienta, según la versión online del diario "San Francisco Chronicle".


Cuando la situación se hizo insostenible, los guardianes de la antorcha la subieron a un autobús y la enviaron de camino al aeropuerto.