WINSTON-SALEM.- Con las victorias de Andy Roddick y James Blake este viernes ante sus respectivos rivales franceses Michael Llodra y Paul Henri-Mathieu, Estados Unidos colocó un pie en las semifinales de la Copa Davis de tenis.
En el tope de cuartos de final jugado en las canchas de superficie rápida de Winston-Salem (Carolina del Norte), los estadounidenses tomaron ventaja de 2-0, y se aprestan a liquidar el compromiso el sábado, cuando se lleve a cabo el partido de dobles.
Los mellizos Mike y Bob Bryan enfrentarán al dueto Llodra-Arnaud Clément, sexto en el listado de dobles del circuito ATP.
Este viernes los norteamericanos se llevaron los dos primeros puntos, pero debieron apelar a todo su arsenal para derrotar a un equipo francés disminuido por las ausencias de su dos mejores raquetas: Richard Gasquet y Jo-Wilfried Tsonga, ambos lesionados.
A primera hora, Roddick debió jugar su mejor tenis y apelar con frecuencia a su potente saque para superar a Llodra por 6-4, 7-6 (7/3), 7-6 (7/5), y algo parecido tuvo que hacer Blake para vencer a Mathieu 7-6 (7/5), 6-7 (3/7), 6-3, 3-6, 7-5.
El 'Todoterreno' Roddick, sexto del ránking mundial, encontró fuerte resistencia en Llodra (41 ATP), un hombre al que había vencido en un único compromiso anterior, en el 2002 en el torneo de Delray Beach.
El francés jugó un gran partido, con 26 aces y tres oportunidades de quiebre, pero se encontró con el mismo Roddick que hace unos días atrás venció fácilmente en el Masters de Miami al número uno mundial, el suizo Roger Federer.
"Creo que mi rival jugó bien y me forzó a que tuviese que emplearme a fondo para poder superar la prueba", declaró Roddick, quien colocó 40 aces y obtuvo el 40% de sus puntos de partido con el servicio.
Blake, de su lado, topó con un inspirado Mathieu, que le obligó a excederse al máximo en cada set, a lo largo de las 3 horas y 50 minutos que duró el partido.
Mientras el norteamericano tenía el apoyo rabioso de 10.000 espectadores locales, el joven francés, a quien apodan PHM, sólo era alentado por sus compañeros de equipos, salvo Richard Gasquet, quien parecía ajeno al espectáculo.
Tal vez, por aquello de que la esperanza es lo último que se pierde, el capitán del equipo galo, Guy Forget, exclamó al finalizar la rueda de prensa de esta jornada: "¡Aún no estamos muertos!".