SAO PAULO.- El dirigente brasileño Joao Havelange, que presidió la FIFA durante casi un cuarto de siglo, sugirió que los títulos de los Mundiales de 1966 y 1974 conquistados por Inglaterra y Alemania, respectivamente, fueron manipulados para favorecer a los campeones y anfitriones.
Havelange, en cambio, descartó que esa situación se repitiese en la Copa del Mundo de 1978, la primera bajo su gestión como titular de la FIFA y que consagró a la también organizadora Argentina, gobernada por la dictadura más sangrienta de su historia (1976-83).
"En los partidos que Brasil jugó en el Mundial 66, de tres árbitros y seis jueces de línea, siete eran ingleses y los dos restantes alemanes", recordó Havelange en una extensa entrevista al diario Folha de San Pablo, el de mayor circulación en el país.
"En ese Mundial, Pelé se lesionó y Alemania e Inglaterra jugaron la final, como pretendí Sir Stanley Rous, el inglés que por entonces comandaba la FIFA. Cuando lo crucé luego en un homenaje, me negué a darle la mano y cuando preguntó por qué, le recomendé hacer un examen de conciencia", explicó.
"Argentina había jugado con Inglaterra con un árbitro alemán y Alemania jugó con Uruguay con un árbitro inglés. Obviamente y como todos saben, ambas selecciones europeas avanzaron. Además, Inglaterra ganó el Mundial y después nunca más pudo hacerlo", agregó.
"En 1974 pasó lo mismo. En el partido Brasil-Holanda, el árbitro era alemán, perdimos 2-0 y Alemania logró después el título. Eramos los mejores del mundo, los mismos astros que lograron los títulos en Chile 72 y México 70, pero tenían que ganar los anfitriones", completó Havelange, de 92 años.
No se repitió esta situación en Argentina 78, que también conquistó el país organizador, aseguró el veterano dirigente, según el cual el seleccionado comandado por César Luis Menotti era un gran equipo y mereció ser campeón.
Más allá de las sospechas que siempre despertó la goleada argentina sobre Perú por 6-0 que permitió a los anfitriones avanzar a la final del torneo, pues necesitaban hacer al menos cuatro goles para relegar a Brasil, Havelange dijo que fue su selección la que dejó pasar su chance.
"Ahora todo el mundo de eso. Recuerdo que cuando Brasil jugó con Argentina (empataron sin goles), fui al vestuario y les dije: Precisamos ganar este partido para ser campeones, y me dijeron que iban a jugar a empatar. Recuerde que Rivelinho no entró. Empatamos", explicó Havelange.
Cuando "Brasil jugó con Perú también fui al vestuario y les dije que precisaban ganar por amplia ventaja para tener mayor diferencia de goles. Estuvieron todo el tiempo pasándose la pelota y el partido terminó 3 a 0", agregó.
Respecto de esa Copa del Mundo, de cuya final se cumplen 30 años, Havelange descartó haber alcanzado un pacto político con el ex dictador argentino Jorge Rafael Videla para que el Mundial se jugase en ese país.
Consultado sobre si hubo un arreglo para que la sede de la Copa fuera Argentina respondió: "Cuando llegué a la FIFA, quien decidió que la Copa iba a ser en Argentina no fui yo, fue el Comité Ejecutivo, el Congeso de la FIFA y no se puede cambiar un decisión del Congreso".