Los jugadores alemanes se divierten durante el recibimiento realizado hoy al equipo en la Puerta de Brandenburgo de Berlín.
EFE
BERLIN.- La gran mayoría de los alemanes aceptó la derrota 1-0 sufrida frente a España el domingo en la final de la Eurocopa en Viena y sólo se vivieron algunas escaramuzas en la parte oriental del país, informaron este lunes portavoces policiales.
Decepcionados y tristes, pero tranquilos, millones de alemanes abandonaron anoche los bares y las "millas del aficionado" en las que se reunieron para seguir el partido contra España.
Sólo algunos altercados en las ciudades orientales de Halle, Magdeburgo, Burg, Schwerin y Bautzen enturbiaron el clima pacífico del final de la fiesta.
Unos 25 policías resultaron heridos en el estado federado de Sajonia-Anhalt, cuya capital es Magdeburgo. Las fuerzas de seguridad alemanas detuvieron a 60 violentos en esa ciudad, que previamente habían atacado a los agentes con botellas y piedras.
Otros vándalos en esa región dañaron coches policiales, un tranvía, quemaron contenedores y destrozaron paradas de autobús, informaron fuentes policiales, que sin embargo recalcaron que no se detectaron incidentes graves en toda la noche.
En Halle, también en Sajonia-Anhalt, la noche terminó con un saldo de 17 policías heridos de levedad. En la vecina ciudad de Bautzen, en el estado federado de Sajonia, 400 violentos bloquearon una calle importante enfrentándose a la policía.
Justo en ese "Land", la semana pasada se registraron algunos desmanes de cuño xenófobo que perturbaron los festejos por el triunfo en semifinales de la selección alemana ante Turquía.
En su capital, Dresde, un grupo de jóvenes atacó tres locales de comida turca e hirió a dos trabajadores de origen turco. Según la policía alemana, el motivo de los ataques del domingo fue una mezcla de frustración por la derrota ante España, un consumo desmesurado de alcohol y sed de violencia.
Hoy, el ambiente festivo volvió a reinar en el país. Desde primeras horas de la mañana, miles de alemanes portando banderas acudieron a la famosa "milla del aficionado" de Berlín, junto a la Puerta de Brandeburgo, para recibir a los jugadores del técnico Joachim Lw.
Por la tarde, los jugadores se subirán al escenario que se ha colocado en ese lugar para darle las gracias personalmente a los millones de aficionados que les han apoyado fielmente durante todo el campeonato.
