LONDRES.- Roger Federer y Rafael Nadal caminan con paso firme hacia su cuarta final de la temporada (Roland Garros, Masters Series de Hamburgo y Masters Series de Montecarlo), ya que sus rivales de este viernes en semifinales de Wimbledon, el ruso Marat Safin y el alemán Rainer Schuettler, no parecen estar en condiciones de impedirlo.
Schuettler, 94º mundial que ganó en cinco sets trabajosamente al francés Arnaud Clément, lo tendrá muy difícil ante Nadal, que en cuartos de final contra el escocés Andy Murray hizo el que describió como "el mejor partido en hierba" de su vida.
El rival del número uno mundial, el ruso Marat Safin, tiene un palmarés mucho más impresionante, que incluye dos Grand Slams, el US Open en 2000 y el Abierto de Australia en 2005.
Seguro que Federer sigue sin fiarse de un jugador contra el que perdió un antológico partido después de disponer de una bola de partido en semifinales del Abierto de Australia de 2005.
Pero desde entonces Safin, aplastado por el suizo en Wimbledon el año pasado, estaba en caída libre. Llegó a desplomarse hasta el puesto 90 del ranking ATP e incluso tuvo que pasar por la fase previa para jugar el torneo de Hamburgo este año.
Wimbledon y la hierba, siempre maldita para el ruso, no parecían los lugares idóneos para la resurrección del ex número uno mundial (en 2000 cuando tenía 20 años). Pero su victoria sorpresa ante el serbio Novak Djokovic en segunda ronda devolvió la sonrisa al moscovita.
Sin embargo el ruso no se deja llevar por el entusiasmo, consciente de sus escasas opciones ante un Federer que desde hace diez días deja las cosas claras a quienes anunciaban su caída.
Tras perder su tercera final de Roland Garros ante Nadal, esta vez de forma aplastante (6-1, 6-3, 6-0), se acentuaron las dudas sobre el estado de Federer. Nunca había ganado tan pocos juegos y no conocía una humillación tal desde la exhibición de Andre Agassi en el US Open 2001, cuando él aún no era el rey.
Pero en Wimbledon Federer está de nuevo impresionante y sigue siendo de lejos favorito ante Safin, aunque se trate de su rival más difícil hasta el momento.