Todos querían una fotografía, un autógrafo o, simplemente, estar cerca del astro brasileño.
Agencias.BEIJING.- Los jugadores de la selección brasileña llegaron hoy a la Villa Olímpica. Llegaron a comer al restaurante del lugar y tuvieron que abandonarlo apresuradamente, apenas unas horas después, ante el acoso al que estaban siendo sometidos, especialmente Ronaldinho, por voluntarios y atletas de otras delegaciones.
Según explicó hoy un portavoz de la "canarinha", los futbolistas se vieron obligados a comer algo a la carrera y dejar las instalaciones debido al gran número de personas que se estaban arremolinando a su alrededor con el objetivo de ver de cerca a los brasileños, sobre todo a Ronaldinho, con quien pretendían fotografiarse y a quien solicitaron autógrafos insistentemente.
La "verdeamarella" quedó encuadrada en el Grupo C del torneo olímpico de fútbol, cuyos partidos se disputaron en Qinhuangdao y Shenyang, donde también jugó y ganó ayer la eliminatoria de cuartos ante Camerún, por lo que había residido hasta hoy en hoteles cinco estrellas, auténticos búnkers de lujo, reservados única y exclusivamente para los futbolistas, a los que era imposible acercarse.
El propio Ronaldinho manifestó el viernes que la plantilla brasileña estaba "ansiosa" por dejar atrás la etapa de Shenyang y Qinhuangdao y viajar "por fin" a Beijing, lugar donde podría "sentir los Juegos Olímpicos mucho más" y poder encontrase con otros atletas, entre los que citó al baloncestista estadounidense Kobe Bryant.
Lo ocurrido al mediodía en el restaurante de la Villa Olímpica debió afectar a los integrantes de la selección amarilla que se negaron a hablar con los medios de comunicación que acudieron a informar de la actualidad brasileña.