La gran actuación de Phelps en Beijing podría ser un importante impulso para su cuenta corriente.
EFEWASHINGTON.- La décima de segundo que le permitió a Michael Phelps conquistar su séptimo oro olímpico en Beijing, un día antes de lograr el octavo, representó un premio de un millón de dólares para el nadador estadounidense.
Fue esa la diferencia que le permitió a Phelps conquistar los 100 metros mariposa con 50,58 segundos, cuando estiró su brazo para tocar la meta delante del serbio Milorad Cavic, que llegó en 50,59 segundos y pudo haber cambiado la historia.
Ese triunfo, cuestionado y hasta sospechado, le permitió a Phelps sumar su séptimo oro en Beijing e igualar la marca de su compatriota Mark Spitz (que luego superaría con el oro en los relevos 4x100 metros combinados).
La empresa de indumentaria deportiva Speedo, que patrocina al mejor nadador de todos los tiempos y le provee los trajes, se había comprometido a pagarle un millón de dólares si Phelps igualaba el récord de Spitz.
Pero eso no fue todo, pues Speedo había prometido también un millón de dólares adicional para Phelps si lograba ganar los 100 metros mariposa, prueba en la que el estadounidense enfrentaba el mayor riesgo de fracasar en Pekín.
Lo informó la prensa estadounidense, que además de dedicarle la enésima primera plana al nadador de Baltimore, publicó una nota que cuantifica en términos monetarios la aplastante consagración de Phelps en Beijing.
"Esta actuación consagratoria se traducirá en ingresos "por no menos de 40 millones de dólares", comentó al Daily News, el presidente de una compañía de marketing aplicado al deporte, de Chicago, Marc Ganis.
"Si la imagen de Phelps se maneja como debe ser, en los próximos cuatro años, Phelps debería cobrar cerca de 40 millones de dólares por ese concepto", explicó Ganis. Antes de partir rumbo a Beijing, Phelps había "juntado" cerca de cinco millones de dólares en contratos de patrocinio, que ahora crecerán en proporción con las increíbles marcas obtenidas en los Juegos, donde conquistó siete oros con record mundial y el restante con record olímpico.
Ya preparan sus contratos desde marcas de automóviles, hasta de perfumes y espuma de afeitar, que apuntan a incrementar sus ventas utilizando uno de los rostros más vistos por la audiencia televisiva mundial en los últimos días.
"Yo no competí por el dinero. Sólo quería emular a Spitz, en quien me inspiré, aunque quiero ser el primer Phelps y no el segundo Spitz", comentó tras lograr su octavo oro en Beijing el nadador estadounidense.
Su antecesor, luego devenido en agente de Bolsa, sumó a sus arcas unos cinco millones de dólares, luego de los siete oros que logró en los trágicos Juegos de Munich de 1972.