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JJ.OO.: Argentina apabulló a Brasil y avanzó a la final en fútbol

Con dos goles del jugador Agüero y uno de Juan Riquelme, los trasandinos derrotaron por 3-0 al equipo de Dunga y buscarán reeditar el oro de Atenas 2004 ante Nigeria.

19 de Agosto de 2008 | 10:54 | El Mercurio Online, Agencias
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Agüero fue la gran figura de los trasandinos.

Agencias

SANTIAGO.- La selección argentina de fútbol gozó la noche del martes (mañana en Chile) de una goleada histórica en un superclásico olímpico frente a Brasil por 3-0, con dos estocadas de Sergio Agüero y un tiro penal de Juan Román Riquelme, para poder defender el oro en una final contra Nigeria.


La noche gloriosa de los albicelestes tuvo como protagonista a un recuperado Agüero, quien marcó a los 53 y 58 minutos, en tanto que aumentó Juan Román Riquelme, de tiro penal, a los 75', para desquitarse de las finales de Copa América de Perú 2004 y Venezuela 2007.


Los brasileños, que ansiaban ganar por primera vez el oro en los Juegos Olímpicos, sufrieron las expulsiones de Lucas y Thiago Neves.


Nigeria había goleado a Bélgica por 4-1 en la otra semifinal, por lo que la final entre africanos y trasandinos sellará el fútbol olímpico en Beijing, ha jugarse este sábado en el mismo escenario.


Ambos equipos coincidieron en el planteo estratégico de cuidar el balón, mantener la posesión de la pelota y por lo tanto la supremacía del juego, sin ceder ni un palmo, sin regalar ni un centímetro de terreno ni espacio.


Brasil buscaba un callejón de desplazamiento por el ala de Marcelo, quien se apoyaba sin pausa en Ronaldinho, cuyo talento aparecía sólo  por ráfagas, aunque le puso como con la mano un pase-gol de 25 metros a Rafael Sobis que el delantero echó a perder.


Ronaldinho jugó estacionado por la izquierda, sin meterse en la zona caliente, limitado a los pelotazos de largo alcance, milimétricos, pero lejos de la jugada, lejos del arco. Una alternativa eran los desbordes de Rafinha, adelantado en el campo para superar falencias del flanco izquierdo argentino custodiado por Luciano Monzón y Ezequiel Garay, pero la tónica del partido era la lentitud y la falta de profundidad.


Brasil se mostraba como una escuadra marcada a fuego por el estilo prudente y conservador de Dunga, pero sin renunciar al ataque, a los contraataques que pudieran nacer de los botines de Diego y Hernanes.


Firme Nicolas Pareja en el fondo argentino y sin demasiados sustos para la pareja defensa Alex Silva-Breno, el encuentro languidecía en la intrascendencia, aunque los aficionados lanzaban una ensordecedora gritería de entusiasmo cuando algún jugador intentara quebrar la monotonía.


El gol de Agüero, nacido de una soberbia apertura de Gago y un centro a media altura de Di María y anotado con un toque de cuerpo, fue el despertador que hizo salir a Brasil de su abroquelamiento. En menos de cinco minutos Brasil creó tres situaciones de gol, una de ellas un tiro en el palo, pero Argentina demostró que quien pega primero pega dos  veces y otro centro fuerte, ahora de Ezequiel Garay volvió a ser conectado por  Agüero.


Dunga movió con energía el tablero al ordenar los ingresos de Alexandre Pato, Thiago Neves y Jo, con la intención de quemar las naves y echar las últimas cartas sobre la mesa, pero no le alcanzó y, otra vez, ve alejarse el único título que le falta en su estantería.

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