SANTIAGO.- Tras vencer a Fernando González en los JJ.OO. de Beijing, el tenista español Rafael Nadal se dedicó a disfrutar la oficialización de algo que había conseguido un par de semanas atrás: el número uno del mundo.
El joven de 22 años culminaba un proceso que se inició para aquel resultado oficial del 18 de agosto: ser el mejor.
Su fórmula se puede ver en la concentración repetitiva de cuando Nadal está en la cancha.
"Rafa Nadal mantiene la cabeza cosida a la bola, al tenis, sin margen para escaparse o frustrarse. La mentalidad del mallorquín es una mezcla de la mano de su tío y entrenador, Toni, y de una cabeza y un sacrificio privilegiados", asegura el diario madrileño "Marca" que publicó una serie de "secretos" del mejor tenista del mundo.
Esa rutina, "colección de gestos" se las enseñó el hombre detrás del mallorquín: Toni Nadal, quien está junto a "Rafa" desde los 3 años.
La fórmula incluye cábalas, como beber dos botellas de agua cuando descansa o pisar las líneas cuando sale a la pista.
Rafael Nadal tiene esa mentalidad fortísima que le permite "no frustrarse". Es difícil que se queje, se autoreprocha poco, y todo, según consigna su tío, se debe al origen.
"Es una cuestión de educación. Uno no consigue que su hijo sea educado haciéndole que dé siempre los buenos días. Hay un trabajo detrás y tiene que salir de él", aseguró.
"Odio a la gente que se queja, en todos los ámbitos de la vida, y Rafael nunca lo hace en los partidos. Es una incoherencia: si fallas mucho es porque no sabes lo suficiente de lo que estás haciendo, así que más vale que mejores. Y si fallas poco, es algo con lo que hay que convivir sin quejarse", enfatizó.
"A mí me gusta el jugador expresivo en la pista", sostiene Toni Nadal. "Cuando Rafael empezó en el circuito vivía todo con más pasión, pero la ha ido atemperando. Es lógico. Debe ser espontáneo y celebrar, y me gusta mucho cómo celebra las victorias. El deporte tiene demasiada presión. Lo idóneo sería que Rafa se riera en los partidos, pero entre punto y punto", señala.
Toni asegura que la mejor cualidad del juego de su pupilo es "que es un jugador muy ordenado y duro de cabeza. Ahí tiene un salto de calidad evidente entre los otros tenistas del circuito. A lo mejor no es al que le corre más la bola, ni su revés está entre los mejores. Pero su dureza mental es incomparable".
El resultado, en consecuencia, del éxito de Nadal es "una filosofía de vida", consigna "Marca".
"Nuestros padres eran de una manera porque vivieron una situación muy diferente, la dureza de la posguerra. Por eso son más duros. Lo decía Ortega y Gasset: 'Yo soy yo y mis circunstancias'. Si de pequeño te lo permiten todo, si te dan lo que quieres sin esfuerzo, serás mucho menos sacrificado", apuntó.