RIO DE JANEIRO.- Integrantes de la selección de Brasil cambiaron este lunes sus uniformes por los trajes de baño y aprovecharon el sol radiante de Rio de Janeiro para relajarse en la playa y recuperar energías por el extenuante viaje de retorno de San Cristóbal, donde el domingo derrotaron por 4-0 a Venezuela.
La maratón que les significó la llegada a San Cristobal, donde golearon al equipo local por la novena fecha de las clasificatorias al Mundial de Sudáfrica 2010, y su retorno a Brasil con traslados en omnibus y atrasos en aeropuertos, hizo que los auriverdes cancelaran el entrenamiento de este lunes con vistas al duelo del miércoles ante Colombia en el Maracaná.
Luego de 15 horas de viaje, los futbolistas de Brasil se fueron a un hotel del lujoso barrio de Sao Conrado, frente a la playa, donde tomaron un suculento desayuno y fueron a sus habitaciones a descansar.
Algunos jugadores decidieron en la tarde aprovechar el radiante sol carioca para bajar a la playa de Sao Conrado, entre ellos el astro Robinho (Manchester City, Inglaterra) y el portero Julio César (Inter de Milán, Italia), que cambiaron sus shorts de fútbol por las populares 'zungas', cortos bañadores pegados al cuerpo muy utilizados en Rio.
Otros futbolistas se quedaron en la piscina del hotel reposando.
El delantero Adriano (Inter de Milán), suspendido por acumulación de amarillas, se despidió de sus compañeros en el mismo aeropuerto de Rio de Janeiro.
Por la tarde el técnico Dunga dio una rueda de prensa en la que volvió a criticar las "dificultades" que Brasil tuvo durante su estadía en Venezuela, lo cual "hizo cambiar toda nuestra programación", y también la disputa del juego en San Cristóbal.
"Brasil merecería jugar en un lugar donde fuera de fácil acceso o que no tuviera tantas dificultades para llegar a él...", dijo Dunga.