BUENOS AIRES.- River Plate y Chivas, dos grandes que andan en direcciones opuestas, se enfrentarán este miércoles en el choque de ida por los cuartos de final de la Copa Sudamericana, duelo que podría marcar la salida del técnico del elenco argentino Diego Simeone.
River marcha penúltimo en el campeonato argentino y viene de sufrir una estocada mortal al perder el domingo 1-0 ante su archirival Boca Juniors.
Chivas, sin lucir un juego arrollador, ha mostrado mejoría en el último mes y en su último partido venció 1-0 al Atlante, su quinto duelo consecutivo sin perder. El "Rebaño sagrado" de Guadalajara es el único equipo que no es de Brasil o Argentina, entre los ocho equipos que llegaron a esta instancia.
Tras la derrota ante Boca en River las aguas no están tan quietas, incluso su DT casi no le habla a sus dirigidos, de tan enojado que está. La práctica del lunes, por ejemplo, la dirigió el preparador físico Oscar Ortega, con Simeone mirando a la distancia y limitándose a dialogar con sus colaboradores.
En un escenario gobernado por el silencio, el artillero Sebastián Abreu dijo que "ya demostramos que nos podemos levantar. Tenemos que hacer prevalecer la localía y sacar un buen resultado en México".
"Los compañeros están tristes; no hay marcha atrás", subrayó el uruguayo Abreu, reciente contratación de River y que sólo puede jugar en la Sudamericana.
Chivas llegó el lunes y luego de un breve descanso entrenó en la ciudad deportiva de San Lorenzo, en el extremo sur de la capital argentina. "Los equipos grandes saben sacar sus cosas en los momentos importantes", señaló el técnico de Chivas Efraín Flores.