SANTIAGO.- Milovan Pétar Mirosevic lo dice de entrada: "Después de estos meses, tengo la certeza de que no me arrepiento de haber venido".
Es que tras surgir de las canteras en San Carlos de Apoquindo partió al extranjero y volvió a la UC este año, en un momento de madurez en su carrera. Con 28 años, Mirosevic está lejos del muchacho que debutó en 1997, semanas después de llegar del Mundial Sub 17 en Egipto.
En Católica se consolidó y sacó chapa de ídolo con el título 2002. Antes se colgó la medalla de bronce en Sydney 2000 y luego pasó a Racing de Argentina, se mantuvo, tuvo regularidad y partió a Europa.
Tras un paso en Argentinos Juniors, donde lo pidió su ex compañero Néstor Gorosito, el "Milo" volvió a Universidad Católica hace cuatro meses. Fueron seis años mirando todo desde fuera, por lo que su discurso no pude ser acusado de falto de propiedad.
"Cuando me fui el año 2002 hubo un conformismo en el club que yo sentí; lo viví, después de que salimos campeones. Ya estaba cumplido, ya estábamos en Copa Libertadores entonces el campeonato que venía no era muy importante y por lo que he escuchado, después del campeonato del 2005 pasó algo parecido", señaló el volante.
Mirosevic habla con autocrítica y la complementa con lo que, a su juicio, ayudó a cierto estancamiento: los recursos con los que dispone hoy la Rama de Fútbol de la Fundación cruzada.
"No sobra la plata o no está la convicción de que nos vamos a seguir jugando la vida por formar un plantel mucho más competitivo como para no ganar un torneo, sino ganar dos y ya una vez que ganaste el segundo torneo, por qué no uno sudamericano, pelearlo más de frente. Va también un poco de la mano con el momento de Católica. Yo no estoy metido en los números, en las inversiones del club, pero va por ahí", apuntó.
Para Milovan, esa Católica de inicios de los 90, que jugó la final de la Libertadores y peleaba palmo a palmo con los otros grandes, ya está lejos.
"Hoy día se ha hecho mucho más difícil competir con Colo Colo y la U. Está más complicado, sobretodo con el poder adquisitivo de ellos. No hay tantos recursos como existieron en algún momento, quizás. Y eso es una realidad", recalcó.
El creciente fútbol chileno, con Bielsa como eje
Milovan Mirosevic partió de Universidad Católica en 2003, primer año del conocido "descenso programado". Aquella temporada -y las dos siguientes- no hubo descenso en la Primera División del fútbol chileno.
No había competencia. Y las razones del saneamiento de los clubes, esgrimida por la directiva de Reinaldo Sánchez, nunca tuvo asidero.
"Lo del descenso (programado) fue una muy mala decisión. El fútbol recién se está recuperando ahora de eso", dice Mirosevic, quien asegura que el fútbol en Chile, ahora, está volviendo a retomar un buen nivel.
"En la cancha, hoy día los equipos están un poco más parejos. Falta todavía pero los equipos están jugando más, le dan más énfasis al tema físico. Eso me ha llamado la atención, ver equipos más fuertes. Se ha nivelado un poco, no en todos los equipos, pero por lo menos los que pelean arriba"
Citado para los duelos ante Uruguay y Paraguay, Milovan Mirosevic Albornoz conoció Juan Pinto Durán post Bielsa. Y aunque no pudo jugar, ni reeditar esos dos goles marcados en las Clasificatorias a Alemania 2006, sí conoció el nuevo método de trabajo que "ilusiona" desde dentro al mismo plantel.
"Da para empezar a creer. Eso es lo que nos falta, creer de que somos capaces. El gran mérito de Bielsa es ése, convencer a los jugadores. Tanto o más importante que un técnico sea buen técnico -en cuanto al trabajo o a su manera de jugar- es que el técnico dé confianza a sus jugadores. Puedes tener el mejor técnico del mundo, pero si el jugador no te cree no va a resultar. Ese es el gran mérito de Bielsa, que los jugadores le han creído y ese es mérito de él", aseveró el volante.
Mirosevic insiste: "Me llama mucho la atención que los jugadores le creen. Los jugadores pueden estar haciendo algo erróneo, pero no se nota porque el técnico los tiene convencidos de que esa es la manera. Mientras más jugadores estén convencidos de que esa es la manera, se van a pulir errores y van a pasar desapercibidos cosas que de repente ellos deberían mejorar y se ve lo que se dio el otro día (miércoles ante Argentina)".
El 1-0 fue clave, pero parte de un todo, de un proceso: "Ante Argentina hubo un triunfo, pero esto se viene viendo hace rato. El equipo a veces no tiene oportunidades de gol, pero sigue teniendo la misma mentalidad, las mismas ganas, la misma disposición para hacer lo que el técnico les pide. Y eso es súper valorable, cuando los resultados no han salido. Hubo partidos que los resultados no llegaban y el equipo seguía haciendo lo mismo. Me quedo también con el respeto que él le tiene a los jugadores. Él ha respetado mucho a los jugadores y los jugadores lo han valorado".
Mirosevic por ahora no está en la "Roja" pero sabe que desde Pinto Durán "conversan con la gente de la Católica". "Hubo un acercamiento antes del partido con México", apunta, pero la UC estaba en lo de la Copa Sudamericana.
"Siendo bien objetivo, de acuerdo a la función que estoy cumpliendo hoy no sería la que él me pidió en algún momento que yo realizara si jugaba en la Selección. Es completamente distinta. Viéndolo de esa manera, se alejaría un poco la posibilidad", finalizó.
¿Qué tiene la Católica de Lepe que no tenía la de Carvallo?
"Mario estuvo viendo el proceso de Fernando de afuera y ahí se puede dar más cuenta de lo que le falta al equipo. Él ha hecho énfasis en lo físico, en que sea un equipo que esté constantemente presionando, que se dé un poco más de agilidad al juego. Le puso más énfasis en lo físico desde el primer día".
"Cuando no se tiene la pelota -complementa Mirosevic- le da más énfasis que Fernando en que todos los jugadores participen en la recuperación del balón", asegura quien fue compañero del hoy DT Lepe: "Como joven siempre me dijo que le diera seguridad a la pelota". Ahí, para Milovan, está el quid del asunto.
Aunque en ningún caso está cercano, Mirosevic ya piensa en el fútbol después del fútbol.
"Argentina ya lo di por cerrado. Fueron cuatro años y, aunque me sirvió muchísimo, si llego a salir me gustaría ir a otro lado. Para mí Argentina es un ciclo ya cumplido. Me gustaría ir a otros lugares. Me siento en condiciones de salir, pero si no llega a pasar algo, estoy contento acá. Es donde quiero terminar mi carrera y el día de mañana me encantaría trabajar en este club, porque lo siento como mi casa", apuntó.
¿Cómo lo proyectas en ese sentido. Por el lado de una Gerencia Técnica?
"En este momento me gusta más ese lado que lo técnico mismo. Pero queda mucho, cuando tenía 20 años decía: 'Ninguna posibilidad de ser técnico' y hoy día no me desagrada tanto. Pero me veo más ayudando externamente que en una cancha misma", reveló.