Chile ya piensa en el Mundial Adulto de 2015

SANTIAGO.- Durante el Mundial femenino que concluye mañana Chile ha demostrado ser un gran anfitrión. Al menos esa es la conclusión emanada por parte de la FIFA y la ANFP.

"Estamos muy contentos con la organización, con la construcción de los estadios, con el apoyo de los hinchas, con el apoyo de la Presidenta Bachelet y con el legado que quedará de este Mundial", sostuvo Chuck Blazer, presidente del Comité Organizador de la cita mundialista, en la conferencia de evaluación del Mundial.

El saldo dejado por este Mundial es positivo por donde se lo mire.

Al principio, la ANFP había planteado como objetivo un público promedio de 8 mil personas por partido. La FIFA subió la puntería y exigió 10 mil. Hoy, antes de que se disputen el partido por el tercer puesto y la final, el promedio de asistencia es de 10.910 personas por partido, totalizando más de 327 mil asistentes en los 30 juegos ya disputados, lo que supera a todas las citas anteriores.

Por otra parte, está el legado infraestructural. Tras una inversión de 53 mil millones de pesos, el Mundial entregó como patrimonio cuatro estadios de primerísimo nivel.

Harold Mayne-Nicholls va más allá de lo tangente. "Pudimos instalar el fútbol femenino en nuestro país", fueron las palabras del presidente de la ANFP. El mandamás del fútbol nacional aseguró también que se harán esfuerzos para mejorar la competencia femenina nacional y se creará una liga sub 18.

Además, la carpeta de la ANFP tiene entre sus objetivos conseguir la organización del Mundial femenino adulto de 2015.

Y nuestro pais quedó con los bonos altos tras la organización del torneo que finaliza mañana. "Chile ha sido un anfitrión de primer nivel. Vengo constantemente a Chile desde 1987 y estoy impresionado del progreso que ha tenido el país. Chile está para alojar cualquier evento deportivo, masculino o femenino", aseveró Chuck Blazer.

El juego limpio
Tras el pitazo final del partido entre Chile y Nigeria, las jugadoras de ambos equipos se reunieron en el centro del campo, se abrazaron y se saludaron. La postal registra cabalmente esa silenciosa estrella que ha sido el fair play.

En los treinta partidos disputados, se anotan sólo 62 tarjetas amarillas, es decir, casi 2 por partido. Y cartulinas rojas hay 3, todas por doble amonestación.

El fair play también se ha reflejado fuera de la cancha. “No hemos visto desordenes en las tribunas, ni proyectiles en la cancha y eso que no hay rejas en los estadios”, destacó Harold Mayne-Nicholls.