Quieres ver tu clima local?
Mostrar
Santiago: Jueves 25 de abril del 2024 | Actualizado 00:44
Tomás González logró su mejor salto. Mantuvo su nivel y sumó apoyo de todos lados.
ADOSANTIAGO.- El pasado 17 de noviembre, Fernando González estaba de vacaciones en Francia y al llegar al aeropuerto Charles de Gaulle para volver a Chile, se topó en la espera con un deportista al que había visto por TV.
Se acercó a él, se presentó aunque no tenía necesidad de hacerlo y lo felicitó por sus títulos en un deporte poco masivo.
El interlocutor del mejor tenista chileno del momento era Tomás González, quien venía de lograr medalla de plata en la Copa del Mundo de gimnasia, en Stuttgart.
González, el gimnasta, hizo escala en Francia y no podía creer lo que estaba viviendo (y lo que iba a vivir el resto de esa semana).
"Nos topamos con Fernando González antes de subirnos al avión en París. Me felicitó y me sentí súper orgulloso que él se haya acercado a felicitarme, alguien como él...", contó hoy Tomás González a Emol.
Fue todo muy rápido, tanto que Tomás no se había percatado que en la espera del aeropuerto parisino estaba Fernando.
"Me preguntó si yo tenía apoyo y auspicios y le dije que no tenía claro, pero esperaba que saliera algún auspiciador más directo para mí, aparte de los que hay en ADO", explica el mejor gimnasta en la historia chilena.
Fernando González estaba acompañado por uno de sus asistentes y amigo, quien dejó todo guardado y agendado. La tarea ahora del N°11 del tenis era generar los contactos con la empresa privada para que tomaran a Tomás. Todo en el anonimato, como suele hacerlo "Feña".
"Nunca pensé en decir una talla sobre Farkas. Pero así resultó"
La historia de los González exitosos del deporte chileno sigue. Tomaron juntos el avión, se intercambiaron números de celular pero, a la llegada a Santiago, tomaron caminos diferentes.
Tomás González se fue directo al Centro de Entrenamiento Olímpico en Ñuñoa, donde una decena de periodistas -más que nunca- lo esperaban para saber de su actuación en el Mundial de Londres (donde logró una inédita final) y de por qué había esbozado dejar de participar por Chile.
El gimnasta y también estudiante de kinesiología aclaró que su sueño era vestir la roja, que no tenía mucho que decir de los líos en la Federación y, casi sin quererlo, respondió que no descartaba pedir apoyo directo a Michelle Bachelet.
"Y también a Farkas", lanzó. "No (risas)... es broma".
¿Bromas?, nada. Al otro día Tomás recibe un llamado. Se presenta un tipo como asistente directo del empresario millonario Leonardo Farkas, que se caracteriza por hacer donaciones.
"Fue súper raro todo, súper rápido. Me dijo que le explicara de mi trayectoria. A él lo asesoran y lo tienen bien informado de lo que está pasando en todo ámbito", contó.
Farkas lo citó a una reunión ("le conté que quería ser entrenador y me dijo que me comprometiera a ayudar a otros deportistas"), le dio 80 millones de pesos y todo se completó, como fruto de un trabajo, como una obra de la sincronicidad, dice Tomás.
"Fue el mes más importante de mi carrera. Ha sido impresionante este último tiempo. Antes siempre que tenía un buen resultado, había también un buen resultado en el tenis o en el fútbol y eso acaparaba toda la página (del diario) y lo mío podía salir pero muy chico", cuenta.
"Ahora hubo hartos factores favorables, pero todo me lo he ganado. Si no me hubiera ganado la medalla (en Stuttgart), si no hubiera pasado a la final (en Londres)... También tuve suerte porque justo se canceló el partido de fútbol en Alemania (frente a Chile), entonces fueron hartos medios a cubrir la final de la Copa del Mundo de gimnasia. Eso fue clave para que la gente viera lo que estaba haciendo. Y en la conferencia... Nunca pensé en decir una talla sobre Farkas. Pero así resultó", continuó González.
Ahora el gimnasta decidió no tomarse vacaciones y entrenar a full con sus equipos nuevos, que llegarán en enero y febrero e instalará en el Club Manquehue. Luego vienen los Suramericanos (ex Odesur) en Medellín y el 2012 su gran meta: Los JJ.OO. de Londres.
"Mi gran sueño es ser medallista olímpico", insiste esperanzado. Porque ahora todo puede pasar, después de la semana y el mes de locos que le cambió la vida a uno de los deportista top en Chile y Sudamérica.
Tomás González habla desde la necesidad y no desde la molestia. El tipo quiere surgir y por mucho tiempo lo intentó desde el anonimato. Ahora, sus resultados le arrojaron cierta fama.
"Lo que uno necesita es un apoyo más de Estado, porque las cantidades de plata que uno necesita, que se mueven en otros países, es mucho mayor a lo que hay acá. Espero que se den cuenta que el deporte de Alto Rendimiento es como la imagen de Chile para afuera también. No solo están los temas de economía, en el deporte también los países se miden", anota González repitiendo una frase escuchada en Kristel Köbrich y Carlo de Gavardo, entre otros.
"No somos muchos y sería súper bueno que nos apoyaran. Porque es distinta la preparación de un deportista de nivel mundial a otros que, no es por mirarlos en menos, pero que están en un nivel un poco más abajo", remató.
González es amigo de David Dubó, campeón mundial de karate. "Qué pasa Farkas", le dice Dubó antes de saludarlo.
Ahora todo es risas en Tomás González, quien la sufrió por mucho tiempo. Pero siempre tuvo como sueño surgir en el deporte que lo llena y representando a su país. Tanto, que en marzo privilegiará los Juegos Odesur en vez de una edición de la Copa del Mundo, que son en las mismas fechas.
De aquí en más, entrenará con sus equipos en el Manquehue y en el nuevo CAR de la gimnasia. "Para poder clasificar a los JJ.OO. necesito un buen all around, que son los seis aparatos", explica.
Y apunta a su gran sueño: "Una medalla en los JJ.OO. Es factible. Fui finalista en Mundiales y tenemos todos un mismo punto de partida allí. La final de este año es lo mejor de mi carrera, porque ahí están todos los mejores".
