BERLÍN.- Michael Schumacher no deja que la persistente lluvia ni los dolores musculares propios de la inactividad le arruinen sus primeras prácticas en Jerez de cara a su regreso a la Fórmula Uno.
"En general siento una sensación positiva", dijo hoy al término de su segundo día de entrenamiento, que se vio perturbado por la lluvia y los charcos en la pista.
Al mediodía, cuando paró de llover, cambió los neumáticos y siguió entrenando en seco al volante de un bólido del equipo Super Nova, de la GP2 -categoría inmediatamente inferior a la Fórmula 1- sin perder un minuto: "Al fin y al cabo, cada metro ayuda".
"De nuevo hicimos progresos hoy, por lo menos pudimos correr el 90 por ciento del tiempo en seco", dijo al finalizar la jornada.
En la pista mojada del circuito de Jerez, en el sur de España, el heptacampeón mundial de la Fórmula 1 realizó hoy su segunda jornada de entrenamientos y completó 345 kilómetros, más que un Gran Premio.
"Pese a todo, me sirve de mucho estar aquí, pues aun cuando en lo referente a la fuerza centífruga no pueda compararse a la Fórmula 1, sí se puede entrenar la comunicación con los ingenieros y la sensibilidad en los sectores límite", dijo el aleman de 41 años, que regresa a la máxima competición del motor en 2010.
El nuevo piloto de Mercedes quiere constatar en los tres días de entrenamiento su resistencia para soportar una carrera. Por ello, la nuca del piloto es objeto de especial atención.
"Aún hay pequeños indicios de agujetas, pero esto es completamente normal", opinó Schumacher. Con ayuda de una máquina especial trabaja ya de nuevo para los enormes esfuerzos que requiere la Fórmula Uno.
