Hamburgo piensa mandarle un sicólogo a peruano Guerrero, por su fobia a volar

HAMBURGO.- Hamburgo baraja la posibilidad de enviar un sicólogo para el delantero Paolo Guerrero, cuyo pánico a volar le ha impedido hasta ahora regresar a Alemania después de las vacaciones navideñas, se supo hoy.

"Tenemos en mente dos soluciones para este asunto. O Paolo viene con un acompañante a Hamburgo o si no, un sicólogo tendrá que trabajar con él en Lima", cita hoy la prensa hamburguesa al asistente técnico del plantel, Eddy Szer.

Pero en primer lugar, el club tratará de conseguir un permiso especial para el primo del atacante Martín Rojas, que quiso acompañarlo en el cuarto intento de abordar un avión y no pudo hacerlo por falta de visa para la Unión Europea.

"Ahora estamos aclarando si conseguimos la visa para el primo", dijo hoy el portavoz del club, Jrn Wolf.

Según señala el diario "Bild", el primo del jugador pasó una larga temporada en Hamburgo y no puede volver a entrar en Alemania antes de marzo.

El futbolista intentó emprender vuelo en cuatro oportunidades y acompañado de distintas personas: su hermano Julio Ribera, su madre, Petronila Gonzales y su novia, la periodista deportiva Talía Echecopar, pero en todas fue presa del pánico.

Una vez incluso obligó a regresar a un avión en el que se dirigía a México. Desde allí debía viajar a Estados Unidos a hacerse revisar por el médico que lo operó de la rodilla.

El último intento se vio frustrado tanto por el miedo del jugador como por el problema de visado del primo.

"Yo lo hubiera acompañado. Pero no funcionó. También sufre de gastritis y tiene dolores cuando tiene un viaje por delante. Tuvo que volver", cita el rotativo al hermano de Guerrero, Julio Ribera.

Guerrero se recupera aún de una lesión de ligamentos sufrida el año pasado durante la fase clasificatoria para el Mundial de Sudáfrica 2010.

Su situación en el club se complica desde el fichaje esta semana del delantero holandés Ruud van Nistelrooy. El peruano tiene contrato hasta finales de temporada y las negociaciones con el club se estancaron al exigir el jugador un suelo anual de más de cuatro millones de euros (5,6 millones de dólares).