Joachim Löw está molesto con la federación alemana, debido a las filtraciones de información a la prensa.
EFE
SANTIAGO.- El seleccionador alemán, Joachim Löw, pasó a la ofensiva y entró en una línea de confrontación abierta con la Federación Alemana de Fútbol, tras darse por rotas las negociaciones para su prolongación del contrato hasta después del Mundial de Sudáfrica.
Löw afirmó hoy que por parte federativa se le había puesto sobre la mesa un contrato innegociable y lamentó que, de pronto, hubieran trascendido a los medios detalles sobre éste que, además, calificó de falsos.
"Conscientemente no hemos hecho declaraciones concretas en las últimas semanas sobre el estado de las negociaciones y de pronto saltan a la luz una serie de detalles que no son ciertos", dijo el seleccionador.
Löw recordó que, en estos momentos, conviene concentrarse "en los esfuerzos de seis años" para lograr el mejor resultado en los Mundiales a celebrar en pocos meses y dijo que, en estas condiciones, es preciso mantener las normas de la "lealtad y respeto" mutuos.
Según el diario Bild, las negociaciones se rompieron al imponer Löw y el director deportivo de la selección, Oliver Bierhoff, una serie de condiciones consideradas excesivas por la federación.
Concretamente, afirma ese medio, Löw y Bierhoff hicieron frente común para lograr una bonificación, en caso de prórroga, de un sueldo anual íntegro. El director deportivo exigía, asimismo, un derecho a veto para la designación de los futuros cargos en la selección nacional.
La confrontación entre Löw y la Federación estalló el jueves al comunicar el presidente federativo, Theo Zwanziger, que las negociaciones quedaban interrumpidas hasta después del Mundial.
Zwanziger afirmó que ambas partes están "en principio de acuerdo" en mantener la colaboración, pero que existían "diferencias de contenido" acerca de aspectos importantes. La noticia cayó como una bomba, a meses del Mundial, ya que se daba por hecho que Löw iba a cerrar la prórroga del contrato antes de abrirse el torneo.
Löw asumió el cargo tras el Mundial de 2006 de Alemania, desde su posición de auxiliar del entonces seleccionador, Jürgen Klinsmann, quien decidió no seguir en el puesto.
