Damián Díaz fue una de las figuras de la UC en el partido de ida.
AP
SANTIAGO.- Universidad Católica se reforzó para jugar y pelear (por lo menos el paso a octavos de final) la Copa Libertadores de América. La llegada de Waldo Ponce y Adán Vergara hace una semana confirman que los dirigentes cruzados no quisieron guardarse nada. Pero hoy todas esas pretensiones pueden quedar en absolutamente nada.
Desde las 19:20 horas, la UC recibe en San Carlos de Apoquindo a Colón de Santa Fé y debe vencerlo por 1-0 o 2-1 (con un 3-2 todo se define desde los doce pasos) para meterse en el Grupo 8 del torneo continental y empezar a disputar con Flamengo, Caracas y Universidad de Chile un cupo entre los 16 mejores.
Si bien Marco Antonio Figueroa dijo hace unos días que él no había pedido a Ponce y que la directiva no le había traído los refuerzos que había solicitado, sería un fracaso deportivo (segundo año consecutivo sin disputar la Copa) y económico (traer seleccionados chilenos por un semestre sólo para el Apertura supone un alto costo, además del millón y medio de dólares que deja de entrar por concepto de premios).
Hablando estrictamente de lo futbolístico, el DT cruzado decidió mantener la formación con que fue a jugar el partido de ida a Santa Fé (cayeron por 3 a 2), es decir con tres en el fondo, cinco en el medio y un atacante.
De esta forma, Católica saltaría a la cancha con: Garcés en el arco; Fuentes, Martínez y Henríquez en el fondo; Silva (o Mena), Carreño, Valenzuela, Toloza, Mirosevic y Díaz en el medio; y Morales en ataque.
En cuanto al equipo visitante, su técnico Antonio Mohamed, en la previa no quiso cerrarse a ningún escenario y dijo que venía dispuesto tanto a echarse atrás a defender la diferencia como a salir a buscar del partido, todo eso "dependiendo el trámite del partido".
Los sabaleros saldrán a la cancha con un 4-4-2 bastante marcado: Pozo bajo los tres palos; Candia, Garcé, Goux, Torres en la zaga; Capurro, Moreno y Fabianesi, Rivarola y Bertoglio en el medio; y Nieto con Fuerte en ofensiva.