PARIS.- El Comité Olímpico Internacional (COI), que frente al dopaje aplica la "tolerancia cero", dispone de munición para desbaratar los planes de aquellos atletas que opten por todo para ganar una medalla en Vancouver, e insistirá en los rigurosos controles previos para bloquearles el camino a Canadá.
Durante el período olímpico, que inicia con la apertura de la Villa, el COI tiene previsto realizar 2.000 pruebas (1.600 pruebas urinarias y 400 sanguíneas), 66% más que en los Juegos de Invierno de Turín 2006.
"Este gran aumento se relaciona sobre todo con las pruebas previas a la competencia, porque sabemos que es en esta instancia donde se pueden presentar el mayor número de controles positivos, más que durante la misma competición", dijo Patrick Schamasch, director médico del COI.
"Pero no bajaremos la guardia durante las competiciones. Los cinco primeros de cada prueba serán sometidos a un test, más dos designados al azar o sobre otros criterios", agregó.
Para unos Juegos limpios, el ideal es que los sospechosos no alcancen a llegar a Vancouver.La Agencia Mundial Antidopaje (AMA), encargada de supervisar los controles antes del período olímpico, intensificó a finales de enero los exámenes inopinados, en colaboración con las federaciones internacionales y las agencias nacionales antidopaje.
Fue así como en 2008, unos 70 atletas tuvieron que desistir de viajar a los Juegos de verano en Pekín.La AMA tiene en sus manos listas de atletas a los que va a vigilar.
En ciertos deportes como el esquí de fondo, el biatlón o el patinaje de carreras, las federaciones tienen desde hace años un programa de vigilancia de los parámetros sanguíneos, llamado a menudo el control longitudinal, que les permite tener sospechas sobre algunos deportistas.
En casos como el índice de hemoglobina demasiado elevado, a los esquiadores, patinadores y biatletas se les puede prohibir competir durante algunos días (incluso algunas semanas), una medida aprobada oficialmente por razones de salud, pero que en los hechos tiene valor de sanción.
Del control longitudinal, estas tres federaciones se están pasando al pasaporte biológico.Este pasaporte, cuyos principios fueron validados en diciembre por la AMA, no es solo un simple instrumento de vigilancia de los valores sanguíneos en el tiempo, sino que también puede servir para confundir a un deportista a partir de los efectos observados del dopaje en su cuerpo.