''Esto es feo, porque la (hija) más chiquita se pasa a cada rato a la cama y dice 'mamá, está temblando, está temblando''', cuenta Figueroa.
El Mercurio
SANTIAGO.- Marco Antonio Figueroa estaba en Brasil con la Universidad Católica el 23 de febrero preparando el duelo ante Flamengo por la Copa Libertadores. Para el entrenador cruzado ese día es especial: está de aniversario de matrimonio y lo pasaría lejos de la familia. Por eso, apenas volvió y tuvo tiempo libre quiso ir a celebrar con su esposa, y claro, escogió la noche del viernes.
"Estaba con mi señora cenando y después rentamos un cuarto en el hotel para no manejar tarde. Entonces, decidimos quedarnos en el hotel y (el terremoto) me agarró en el piso 20, así que imagínate como fue de terrible", relata a Espndeportes Figueroa.
"Me desperté porque se movía mucho el cuarto y después del movimiento, fue el sonido y empezó a moverse todo, y a caerse todo. Mi señora quedó como shockeada y luego atinamos a vestirnos. Después bajamos por las escaleras a tratar de agarrar mi auto. Lo primero que quisimos era ver si los niños estaban bien", agrega.
El estratega finalmente logró llegar a su casa ubicada en el sector de La Dehesa a ver a sus cuatro hijos, que estaban bien. La familia Figueroa Garibay se mantuvo afuera de la casa hasta que el frío fue mucho.
"Como a las cinco o seis de la mañana ya no quisimos mantenernos afuera, porque estaba muy helado, así que a los más chicos los metimos a la cama. Pero esto es feo, porque la más chiquita se pasa a cada rato a la cama y dice 'mamá, está temblando, está temblando'. Es difícil estar así todos los días, pensando en que va a volver a temblar", cuenta.
El "Fantasma" recordó el terremoto del 85, pero no el de Chile sino que el de México: "Me acuerdo perfectamente cuando pasó en México, en el 85. Yo llegué en el 86 y me tocó ver también a un país devastado por el terremoto. Es como volver a vivir lo mismo".