A Henríquez le preocupa el lío con la barra.
PhotosportSANTIAGO.- Hay un hecho cierto, dicen en el camarín de Universidad Católica. El equipo ha ganado uno de los últimos ocho partidos y el juego en la cancha no es de los mejores.
Eso, en la interna, lo reconocen. Pero de ahí a que su propia barra les grite en contra desde un inicio, los tiene descolocados.
Referentes del club como Milovan Mirosevic y Hans Martínez se mostraron sorprendidos. "Nunca me había pasado, ni en los peores momentos de Racing en Argentina", dijo "Milo", el capitán. "Llevo 12 años en el club y esto nos afectó mucho", apuntó Martínez, formado en casa.
El punto es que el lío entre la barra de la UC y el plantel viene desde antes. Conocido es cuando hace un par de semanas un grupo de seguidores ingresó sin permiso al Complejo Raimundo Tupper, para encarar a Marco Antonio Figueroa.
Ayer, cuando comenzó el cotejo ante Caracas, en las galerías Mario Lepe (sector sur) no había nadie. Toda la barra principal que se ubica en el sector ("Los Cruzados"), flameaban banderas en silencio pero desde lejos.
A los 10 minutos de partido, recién poblaron los tablones y comenzaron a cantar y fustigar, con el conocido "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo" como emblema.
Eso dolió. Esta vez, los gritos fueron contra el DT Figueroa pero también contra los propios futbolistas.
En las tribunas el caos no era menor. Como los jugadores bajan a camarines por un túnel que está a un par de metros de donde se ubican los hinchas de la tribuna, en la cancha los gritos se escuchan claritos.
"Moja la camiseta Toloza", "Pa' adelante Rubio", es una selección de las frases, lanzadas con poco cariño.
"Los gritos nos ponen nerviosos y el equipo entró así. Los hinchas tienen su derecho pero en Católica están todos muy distanciados. Hay que sentarse a conversar", explica David Henríquez.
¿Van a gestar un encuentro entre hinchas, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico?
"Hay que conversar. En el plantel no es bien recibido todo eso (los gritos en contra). Hay un nerviosismo y encima ya habíamos tenido problemas ante. Es siempre lo mismo"
Henríquez se refiere a cuando a él lo pifiaron con altoparlantes por su pasado en Colo Colo (con lienzos alusivos a su madre de por medio). Y también reseña cuando en el equipo albo pasó lo mismo. "En los dos lados es igual", dice "con experiencia" en el tema.
El defensor sería el precursor de un encuentro, como ya ha pasado en Colo Colo o la U. Son diálogos y treguas sin prensa, sin luces. En privado, pero dando espacios a la cautela.
La cosa está mala y distanciada en la precordillera. Damián Díaz, otrora figura, sumó otro partido siendo reemplazado en el entretiempo. Asiduo con las grabadoras, ayer no quiso hablar y se fue cabizbajo.
"Da pena... dicen que no mojamos la camiseta", reveló desamparado Garcés, mientras amigos lo consolaban.
Es que la situación no es trivial para Universidad Católica. El DT es cuestionado y ahora también apuntan a los jugadores. La cosa arde y la única salida, dicen, es dialogar con los barristas.