JOHANNESBURGO.- La selección brasileña de fútbol llegó este jueves a Johannesburgo (norte de Sudáfrica) y se trasladó inmediatamente al hotel donde efectuará su concentración en vistas al Mundial, ubicado en el complejo de golf Randpark, del barrio residencial de Randburgo.
En una jornada fresca y soleada, el plantel sudamericano llegó por la mañana al aeropuerto Oliver Tambo de Johannesburgo, siendo recibido por un puñado de admiradores, un operativo de seguridad poco llamativo y varios medios de prensa locales y extranjeros.
El ómnibus auriverde se trasladó al hotel escoltado por un par de patrullas mientras un helicóptero policial sobrevolaba el área.
En uno de los asientos frontales del ómnibus, viajaba el técnico Dunga con expresión seria.
Muchos jugadores no expresaron mayor efusividad, salvo el atacante Robinho que, arrodillado en su asiento, conversaba animadamente con sus compañeros.
La llegada de Brasil no provocó euforia en el hotel, custodiado por varios agentes de seguridad.
Pocos simpatizantes sudafricanos se trasladaron al alejado lugar para demostrar su simpatía, junto a reporteros, fotógrafos y camarógrafos básicamente de medios brasileños y algunos extranjeros.