PRETORIA.- Los diez "barrasbravas" argentinos que fueron rechazados por el gobierno de Sudáfrica tomaron hoy el vuelo de regreso a Buenos Aires, mientras continuaron los operativos policiales para controlar a los hinchas violentos que sí fueron aceptados.
Los hinchas deportados partieron hoy en un vuelo de la aerolínea angoleña TAAG, luego que el piloto del avión que los había traído este domingo a Johannesburgo "se negó a llevarlos ese mismo día porque estaban en estado de exaltación", informó a dpa el cónsul argentino en Johannesburgo, Carlos Rubio Reyna.
Varios hinchas de Rosario Central recorrieron preocupados hoy Pretoria, en busca de información de la suerte de sus compañeros retenidos por Migraciones, ya que no habían recibido noticias.
Pertenecen a la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, liderada por el dirigente kirchnerista Marcelo Mallo, que planea llevar a Sudáfrica cerca de 300 hinchas de diversos clubes de primera división y del ascenso con recursos cuyo origen no fue del todo aclarado.
Diversas fuentes informaron en tanto que la policía sudafricana, con asistencia de efectivos argentinos, hizo controles sorpresa en los lugares donde se alojan los hinchas argentinos en Johannesburgo, para verificar si contaban con dinero para pagar los lugares donde se hospedan, pasajes de regreso y entradas para los partidos.
El comisario de la Policía Federal argentina Hugo Lompisano confirmó a enviados del diario "Clarín" que aquellos que no cuenten con tickets "no podrán acercarse a menos de un kilómetro del estadio".
El problema por las "barras bravas" del fútbol argentino se trasladó así a Sudáfrica a pocos días del inicio del Mundial, mientras conocedores de las diversas facciones que arribaron al país no descartaron la posibilidad de enfrentamientos dadas las fuertes rivalidades que las separan.
Entre los deportados se encuentran el líder de la "barra brava" de Rosario Central, Andrés "Pillín" Bracamonte, quien había recibido autorización de la justicia argentina para viajar a Sudáfrica al Mundial pese a estar imputado por tentativa de homicidio, y Pablo "Bebote" Alvarez, jefe de la "barra" de Independiente y uno de los líderes de HUA.
Alvarez estuvo varios años preso en el penal bonaerense de Sierra Chica y quedó en libertad en 2003. Luego estuvo varios meses prófugo de la justicia, que lo buscaba por su supuesta vinculación con el crimen del hincha de River Plate Gonzalo Acro en 2007, como presunto entregador del arma que se utilizó en el asesinato.
El viaje de "barras bravas" en Sudáfrica generó polémica en Argentina por sus supuestas conexiones políticas con el gobierno y el origen de los fondos que solventan sus gastos durante el Mundial, en el año previo a las elecciones presidenciales de 2011.