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El partido de Bielsa: Sólo 18 minutos duró sentado

El técnico chileno sufrió con los goles perdidos, peleó ante la demora del cuarto árbitro en un cambio y en el gol sólo caminó.

16 de Junio de 2010 | 12:29 | Por Manuel Rojas Díaz, enviado especial a Sudáfrica
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Fiel a su estilo, Marcelo Bielsa gesticuló y gritó durante los 90 minutos.

AP

NELSPRUIT.- Chile ya está en la cancha. Los jugadores esparcidos por el terreno de juego y la banca está casi completa. Sólo falta el jefe: Marcelo Bielsa. El DT de la selección chilena fue el último en ingresar a la cancha. Acompañado de su fiel cuaderno se sentó en el primer asiento cercano a la mitad del campo.

Ahí estuvo hasta el minuto 18. Sólo ese tiempo duró sentado. En ese instante se paró, como que quiso dar una instrucción, pero rápido regresó a su puesto.

El rosarino estuvo siempre acompañado de una botella con agua y un pañuelo que utilizó en gran parte del partido para limpiarse. Parece que el entrenador nacional tiene una especie de alergia. Pidió un café también, porque a la sombra, en el Mbomble Stadium, hacía bastante frio.

Ya a la primera media hora de juego el abandono de su asiento fue evidente. Se paraba una y otra vez. Y a los 28 minutos se colocó por primera vez en Cuclillas, su posición predilecta para ver un partido desde la banca.
 
El primer reto se lo llevó Arturo Vidal. Para poca fortuna del ex Colo Colo en el primer tiempo corrió por el sector de Bielsa. Y escuchó cómo al minuto 41 lo recriminó por una mala cobertura.

Se notaba tenso el DT chileno. Y en el segundo tiempo sacó todo su repertorio. Se tomó la cabeza a dos manos cada vez que Chile perdía una oportunidad de marcar. Y cuando esto ocurría, luego se apoyaba en la imagen televisiva para revivir la jugada. Lo que más le dolió fue el cabezazo de Waldo Ponce.

Sus momentos de mayor ira los vivió en los cambios. Primero, se enoja con Millar y de inmediato mira a la banca. Llama a Gonzalo Jara y lo manda a la cancha, tras mover sus manos en señal de recriminación sobre el accionar del volante de Colo Colo en el segundo lapso.

Pero también se enojó con el cuarto árbitro. Y fue en la siguiente modificación que realizó. Estaba listo para ingresar Pablo Contreras, pero se demoraban en mostrar el letrero. Ahí caminó hacia el cuarto árbitro y lo increpó por la lentitud.

¿Y qué hizo en el gol? No lo celebró. Sólo se paró de su asiento y caminó por el frente de toda su banca y manos en bolsillo se volvió a sentar.

Al término del encuentro fue el primero en partir del terreno. Suspiro mediante, toma su cuaderno, no mira a nadie y se va a camarines, mientras en la cancha todo era celebración chilena. Es que ya había sufrido mucho como para seguir en cancha.