JOHANNESBURGO.- Diego Maradona se enfrenta en el Mundial de Sudáfrica 2010 al momento "más crucial" de su carrera, un desafío para el que dispone de muchas menos armas que en sus épocas de jugador, advirtió su biógrafo.
"Es el momento más crucial de su carrera y de sus segundos 50 años de vida, aunque aún tenga 49", dijo en una entrevista a la agencia dpa Daniel Arcucci, uno de los hombres que mejor conocen al entrenador de la selección argentina de fútbol.
"En sus épocas de jugador asumió los desafíos con su mayor talento, que es el de jugar al fútbol. El desafío ahora es de la misma magnitud, pero no dispone de ese talento. Su talento es ahora potencial, y hasta el momento muy discutido", añadió.
Cronista de "El Gráfico" durante años y alto responsable ahora en el diario argentino "La Nación", Arcucci, de 46 años, es el periodista que más cerca estuvo del que muchos consideran el mejor futbolista de todos los tiempos.
Autor de la autobiografía de Maradona ("Yo soy el Diego de la gente") y de "Conocer al Diego", Arcucci tuvo contacto con el jugador por primera vez en la Navidad de 1985, y desde entonces lo siguió en cada momento clave de su carrera.
Arcucci cree que Maradona "no puede vivir sin estar en el centro de la escena", que le sería imposible seguir un Mundial por televisión desde el sillón de su casa. Maradona es, dice, diferente a todo el resto de los entrenadores.
"Maradona hace en este Mundial cosas que no hacen otros entrenadores. Sale y entra del túnel con los jugadores, los abraza, los besa, tira taquitos en los partidos... Todo tiene que ver con el Maradona personaje".
La estabilidad emocional de Maradona en lo que va del Mundial es un dato que asombra a Arcucci.
"Llegó el 28 de mayo a Pretoria y es realmente llamativa su estabilidad emocional, que siempre fue un tema para él. Habría que ver, claro, qué pasaría con un resultado adverso".
Argentina derrotó a Nigeria 1-0 en el debut y goleó 4-1 a Corea del Sur cinco días más tarde. El martes se mide a Grecia en Polokwane para buscar la cima del Grupo B, que se aseguraría con sólo empatar.
Es cierto que Maradona aparece mucho más calmado que, por ejemplo, en octubre de 2009, cuando insultó a la prensa con gruesas palabras tras lograr en Montevideo la clasificación a Sudáfrica 2010.
Pero el argentino no elude el enfrentamiento: en una semana de Mundial dijo ya que tiene muchas diferencias con Franz Beckenbauer, zarandeó al francés Michel Platini y mandó "al museo" al brasileño Pelé. Luego se disculpó con Platini, pero Arcucci cree que los arranques de Maradona tienen poco de espontáneo.
"Es algo natural de él, es un animal mediático, en las conferencias de prensa está en su mundo".
"Pelearse con Pelé es algo pensado, y decir que el Mundial se hace en Sudáfrica gracias a él, también, al igual que reclamar que los árbitros protejan a los talentosos como Leo Messi", añade a dpa Arcucci, mencionando el nombre del hombre clave en Argentina.
Messi es el heredero futbolístico de Maradona, pero la personalidad del silencioso delantero del Barcelona es absolutamente opuesta a la de su desbordante entrenador, que lo alza en brazos y lo besa tras cada partido.
"Diego busca protegerlo y potenciarlo, lo que más quiere es que esté por encima de él, por eso lo levanta por encima de él. No es necesariamente una actitud de generosidad, sino de necesidad. Diego es 'jugadorista', y se basa en lo siguiente para sostener la selección: un mito, que es él, tres caciques, que son Verón, Heinze y Mascherano, y un mago, que es Messi".
Maradona necesita siempre, según Arcucci, un "enemigo" para cohesionar grupos. "Siempre ha vivido de estar en contra de, siempre ha necesidado la agresividad. Todas sus peleas son absolutamente buscadas".
El biógrafo de Maradona está asombrado por el largo encierro que eligió Mardona en la concentración de Pretoria, y cree que hay tantos paralelismos como diferencias a la hora de comparar la selección argentina actual con la que dirigió Carlos Bilardo hacia el título en México 86.
"La clave en Maradona es que se maneja en el aspecto de construcción de grupo y de equipo de manera totalmente diferente a aquel del 86. Aquel equipo se construyó alrededor de él, líder indiscutido, y contaba con un técnico obsesivo. Esta vez lo primero que Maradona dijo al asumir fue: 'A los jugadores no hay que repetirles 20 veces las mismas cosas'".