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Hincha que se coló en vestuario inglés no podrá asistir a más partidos del Mundial

Pavlos Joseph fue puesto en libertad aunque lo citaron nuevamente al tribunal para este lunes.

20 de Junio de 2010 | 12:58 | EFE
JOHANNESBURGO.- El aficionado londinense que se coló en el vestuario inglés tras el partido contra Argelia y que ha sido arrestado esta mañana en un hotel de Ciudad del Cabo, no podrá asistir a más encuentros del Mundial, por orden judicial.

El intruso, Pavlos Joseph, de 32 años, compareció ante el magistrado Jahstree Stey, del Tribunal de la Copa del Mundo de Ciudad del Cabo, que tras tomarle declaración le puso en libertad y volvió a citarle para el lunes.

Al aficionado británico, que ha tenido que entregar su pasaporte a la Policía, le será aplicada la Ley sobre Seguridad en Eventos Deportivos y Recreativos del 2010 y la Ley sobre Medidas Especiales para la Copa del Mundo, del 2006.

El fiscal ha solicitado para él, como medida de precaución, que le sea prohibida la entrada a todos los partidos del Mundial restantes.

El Sunday Mirror publicó una entrevista con Pavlos Joseph, quien reveló que al encontrarse en el vestuario inglés les dijo a los jugadores que su juego era "una vergüenza".

De acuerdo con su versión de los hechos, el seguidor del Manchester United se topó de repente con David Beckham y no dejó escapar la oportunidad para decirle lo que opinaba de la actuación de la selección nacional en el Mundial de Suráfrica tras el empate con Argelia.

"Miré a David directamente a los ojos y le dije: 'David, hemos gastado mucho dinero para venir hasta aquí. Esto es una vergüenza. ¿Qué vais a hacer al respecto?'", le espetó.

Beckham le preguntó entonces quién era él, a lo que Joseph respondió: “Soy Pavlos y en realidad estoy buscando el lavabo".

Según cuenta el aficionado, a continuación se dirigió a todos los jugadores de la plantilla, que estaban sentados en los bancos con sus toallas en la cintura: "(El empate con Argelia) ha sido lamentable, no ha sido suficiente", dice que les dijo.

"La habitación estaba tan silenciosa que se podía oír caer un alfiler. Los jugadores tenían la cabeza baja. Parecían bastante avergonzados,” asegura Joseph.
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