Asamoah Gyan desperdició un penal en los descuentos del alargue, que hubiese significado el triunfo seguro de los africanos sobre la ''Celeste''.
AFP
SANTIAGO.- Faltaban estas cosas en Sudáfrica 2010. Simplemente un partido al que le sobran adjetivos. Uruguay se metió en semifinales de un Mundial luego de 40 años y lo hizo en su estilo. Sufriendo, de verdad, y hasta el final.
En un partido que terminó igualado 1 a 1 en el tiempo regular, los charrúas lo ganaron en la definición a penales con un lanzamiento servido de manera soberbia por Sebastián "Loco" Abreu: el ariete se la "picó" al portero para darle la alegría a todo un país, a un continente.
Pero ese final no habría sido tan emocionante si a los 119 minutos no hubiese pasado otro momento épico. Tras un centro ghanés al área Luis Suárez salvó el gol en la línea, pero tras cartón Boateng cabecea otra vez y el propio Suárez, esta vez con las dos manos, evitó el tanto del triunfo. Y claro, penal y expulsión.
Asamoah Gyan, el mejor jugador de los africanos, tomó la responsabilidad de definirlo todo y, por primera vez, meter a un equipo del continente negro entre los cuatro mejores de una cita planetaria. Pero no fue así, pues el delantero remató al travesaño y logró que los uruguayos pasaran de las lágrimas a la algarabía total.
El trámite del partido hasta antes de ese incidente fue irregular. A ratos había buen ritmo y en otros pasajes el duelo caía en lagunas.
La cuenta la abrió Sulley Muntari a los 45' con un gran remate desde fuera del área que engañó al portero Fernando Muslera, que igualmente fue figura al tapar dos penales en la definición.
El encuentro lo empató, de tiro libre, Diego Forlán a los 54 minutos. Si bien el delantero del Atlético de Madrid le pegó fuerte y con dirección, la Jabulani tomó vida propia para colarse en el segundo palo.
Ahora, los charrúas tendrán cuatro días de descanso antes de medirse ante Holanda por un espacio en la historia y en la final de Sudáfrica 2010 en el estadio Green Point de Ciudad del Cabo.