La ''celeste'' en sus horas decisivas.
AFP
CIUDAD DEL CABO.- "¿Si, mañana será el partido más importante de mi carrera? Depende, si ganamos no, será el domingo", respondió ayer con una sonrisa pícara Oscar Tabárez.
Lo mismo vale para la selección de Uruguay, que este martes disputará su cotejo más relevante en cuatro décadas con la mira puesta en llegar más lejos aún, a la final del Mundial de Sudáfrica 2010.
Tras su época de gloria en la primera mitad del siglo XX, con la conquista de los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928 y los Mundiales de Uruguay 30 y de Brasil 50 -con el Maracanazo como apoteósis de la garra "charrúa"- el fútbol uruguayo fue alejándose de la élite del fútbol internacional, más allá de sus títulos a nivel sudamericano y los éxitos de los "grandes" como Peñarol y Nacional.
Hubo un atisbo de regreso en México 70, en aquel equipo del portero Ladislao Mazurkiewicz y compañía, que marcó la última vez de la "celeste" entre los cuatro mejores del mundo. En aquella ocasión el Brasil de Pelé frenó la escalada del equipo uruguayo, el 17 de junio, con un 3-1 en semifinales, que puso al mejor "scratch" de la historia en la antesala de su tercer título mundial.
A partir de entonces, Uruguay no volvió a tutearse con los máximos protagonistas del fútbol mundial, y lentamente se acostumbró a vivir de recuerdos, alternando actuaciones decepcionantes con dolorosas ausencias en los Mundiales que siguieron.
En Alemania 74 se volvió tras la primera ronda, en México 86 perdió en octavos frente a la Argentina de Diego Maradona y en Italia 90 -y bajo la batuta del mismo "Maestro" Tabárez, también dijo adiós en octavos.
La "celeste" regresó en Corea/Japón 2002 tras 12 años de ausencia y después de un dramático empate con Senegal emprendió el regreso nomás en primera ronda. También hubo dolor en la eliminación en el repechaje ante Australia para Alemania 2006. Y todo se encaminaba para otra frustración el año pasado, hasta que Uruguay repuntó en los últimos partidos y superó "in extremis" a Costa Rica para sacarse la espina y volver a decir presente en un Mundial.
La historia en Sudáfrica es más conocida, un recorrido convincente -no siempre desde lo futbolístico, pero sí desde lo anímico- que le abrió la puerta a esta oportunidad histórica frente a Holanda, una nueva chance para que Uruguay regrese a la codiciada final de un Mundial, en ese caso, tras seis décadas.
Para ello, esta selección de Tabárez abonada a romper records deberá quebrantar uno más: también hace 40 años que no vence a una selección europea: el 1-0 sobre la entonces Unión Soviética en cuartos de México 70, con gol de Víctor Espárrago.
