Salas y Almeyda compartieron en Italia; ahora el chileno está retirado y el argentino jugó el último RIver-Boca.
APSANTIAGO.- Marcelo Salas se puede dar varios lujos luego de su gran carrera. Uno de ellos es decidir horas antes de un River-Boca viajar desde Santiago a Buenos Aires para presenciar el Superclásico trasandino en vivo.
Precisamente eso hizo el martes pasado. El "Matador" llegó hasta el Monumental de Nuñez y presenció la victoria millonaria por 1-0 sobre los xeneizes. Y admitió que le picaron los pies por jugar.
"Me dieron ganas de entrar, aunque sea en los últimos 15 minutos. ¡Cómo estaba la cancha! Así le dan ganas hasta al que no le gusta el fútbol", dijo el ex jugador.
"La gente me recibió muy bien, tuve recuerdos de muchas cosas lindas. A River le irá bien. Remontará. Es lo que queremos sus hinchas", agregó Salas aludiendo al bajo momento que vive el club.
Además del cariño que lo une al equipo rioplatense, Salas tenía otra razón para asistir al partido: su amigo, Matías Almeyda (con quien jugó también en la Lazio), estaba en la cancha.
"A Matías lo vi como a los 20 años, y se lo dije. Estoy muy feliz, somos muy amigos, compartimos mucho en la Lazio, y verlo siendo una de las figuras del Superclásico, a la edad que tiene, fue impresionante", dijo el ex ariete.
"Me contó que cumple 37, y le contesté que estaba para seguir jugando. Está entero. Hasta envidia me dio el físico que tiene el huevón", agregó sonriente.