SANTIAGO.- Humberto Suazo fue una de las figuras del partido, pero no alcanzó. En un electrizante encuentro disputado en Torreón, Monterrey se inclinó ante el Santos Laguna por 3-2 en el duelo de ida válido por la final del torneo azteca.
El partido, como buena fiesta mexicana, tuvo todo los condimentos necesarios: un duelo de ida y vuelta, colorido en las tribunas -incluso escenas subidas de tono-, y por supuesto la presencia de dos jugadores chilenos.
Y claro. Al minuto 37 Humberto Suazo aprovechó la gran asistencia de Aldo de Nigris para batir al meta Oswaldo Sánchez y decretar el 1-1 transitorio. La ventaja parcial para los locales fue obra de Alejandro Estrada a los 23 minutos.
El cuadro "rayado" de José Manuel Vucetich sacaba adelante la tarea con una gran actuación del ariete nacional, pero sobre el final de la primera etapa Darwin Quintero desató la locura local con un certero cabezazo. Así se fueron a descansar.
En la segunda etapa la intensidad del duelo no bajó. Apoyado por un eléctrico Nery Cardozo, el Monterrey salió a apretar la salida del Santos. Obtuvo frutos rápidamente. A los 54 minutos el ex jugador de Boca Juniors se encargó de decretar la paridad parcial.
De ahí en adelante el trámite del partido se hizo nivelado. Áspero y parejo. Incluso, los entrenadores optaron por mover sus piezas para intentar dar la sorpresa. Y así fue como pasados los 80 minutos el DT Rubén Romano mandó a la cancha al legendario Rodrigo "Pony" Ruiz, ídolo total de la parcialidad del Santos.
Y, como acostumbran las finales, los emblemas a veces aparecen incluso sin tocar la pelota.
Fue al minuto 85 cuando José María Cárdenas envió un centro al área del Monterrey con destino al veterano ex delantero de Unión Española. Éste, tras intentar una fallida cabriola, descolocó al experimentado defensor Duilio Davino (ex compañero de Zamorano en América), quien mandó el balón al fondo de sus propia red. Autogol.
Ahora Santos necesita cualquier empate el domingo en Monterrey para conseguir el cuarto campeonato de su historia, primero para su entrenador, Rubén Omar Romano, quien ha perdido las tres finales que ha disputado en su carrera. Pero cuidado, quizás Humberto Suazo dice otra cosa.