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Santiago: Martes 23 de abril del 2024 | Actualizado 10:39
SANTIAGO.- Monique van der Vorst se hizo conocida en el mundo por su historia de superación. En 2008 consiguió dos medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Pekín, pero detrás de ese gran logro la deportista holandesa esconde una serie de complicados momentos que han marcado su vida.
A sus 13 años asomaba como una de la promesas de su país en el hockey sobre césped y tomó la decisión de someterse a una cirugía para frenar la seguidilla de lesiones que le afectaban su tobillo y le impedían continuar el camino al éxito.
Pero algo no salió como esperaba. La operación resultó negativa y Monique perdió la movilidad de sus piernas quedando postrada en una silla de ruedas. De un momento a otro todos sus sueños se vinieron abajo, aunque nunca decidió rendirse.
A pesar de estar discapacitada, la atleta continuó con sus anhelos de triunfar en el deporte y depositó toda su fe en un vehículo de tres ruedas denominado "monociclo". El particular objeto sería el encargado de dar a conocer a la joven holandesa por todo el mundo.
Aferrada a su "compañero", Van der Vorst consiguió las dos preseas doradas en China para luego coronarse tres veces campeona del mundo y ser monarca de un Iroman. Su gran cometido fue premiado con el galardón a la mejor deportista con discapacidad del 2008.
El milagro
Tras la serie de éxitos que cosechó, la holandesa nuevamente sorprendió al mundo al escribir en su página web: "Puedo caminar de nuevo". Era el 20 de noviembre de 2010 cuando, tras 13 años sobre una silla de rueda, la atleta confirmó al planeta que volvía a andar.
Poco antes de dar a conocer su milagrosa recuperación la joven había impactado su monociclo contra un ciclista alemán, donde habría sido la primera vez que después de años volvía a sentir sus piernas.
"No hay forma de explicarlo. Sentir algo en las piernas, donde antes no sentías nada", relató respecto del especial momento que vivió tras el accidente.
La recuperación le impide seguir participando
A sus 27 años la holandesa ahora disfruta lo que por un largo tiempo no pudo realizar, pero su recuperación trajo de la mano otra noticia. Las autoridades que se encargan de certificar la condición de discapacitado en su país le informaron que ya no podrá seguir en esa disciplina al no cumplir con los requerimientos.
La vida de Monique van der Vorst ha sufrido golpes inesperados, pero en su mente siempre ha estado el deseo de triunfar, tal como lo expresó ella: "Ahora sueño con disputar un Iroman como una atleta normal".
