Ribéry y Robben se preparan para el Chelsea.
AFP
MUNICH.- Franck Ribéry llegó suspendido a la final de la Liga de Campeones europea que el Bayern Múnich perdió hace dos años y por eso el francés afronta doblemente motivado la que sí podrá jugar este sábado contra el Chelsea en Munich.
"Después del partido tenemos que estar rotos, dejaremos todo hasta quedar muertos", lanzó este jueves. Ganar la Champions League como locales en el Allianz Arena sería "algo histórico".
Ribéry recordó su ausencia en la final de 2010, que el Bayern perdió 2-0 contra el Inter de Milán en Madrid. "Claro que no fue bueno para mí. Pero ahora vuelvo a tener una buena sensación. La final es un sueño para mucha gente".
El Bayern confirmó que el sábado podrá contar con su otra gran referencia en el ataque: Arjen Robben. El holandés dosificó los entrenamientos esta semana para superar algunos problemas físicos y llegar en plena forma a la final contra su ex equipo.
"Tenemos el honor de estar en la final", sostuvo. La gran atmósfera que se espera en Múnich "no puede ser una presión, sino una motivación".
Robben sí estuvo en la derrota de 2010, que dejó al Bayern sin triplete después de conquistar la Liga y la Copa Alemana. Este año el equipo perdió ambos títulos contra el Borussia Dortmund y pone todas sus esperanzas de éxito en la Champions.
"Ahora sólo hay un premio. El hecho de que tengamos que ganar el título puede hacer más estimulante la final del sábado", destacó.
"Hace dos años perdimos la final, ahora tenemos una nueva oportunidad", añadió Robben. "Si ganamos, podremos hablar del partido de nuestra vida", concluyó.
