MONTECARLO.- Hace un año, el mexicano Sergio Pérez sufrió un escalofriante accidente a la salida del mítico túnel del circuito de Mónaco. Mañana, el piloto de Sauber no sólo luchará contra sus rivales en la clasificación del Gran Premio, sino contra la memoria de aquel día.
"Por supuesto que los recuerdos vuelven", admitió Pérez en el Principado. "Tardó un tiempo hasta que me recuperé de eso. Unas cuatro o cinco carreras".El sábado 28 de mayo de 2011, poco antes de las tres de la tarde de Montecarlo, Pérez perdió el control de su Sauber en la salida del túnel, justo en la zona más rápida del trazado, donde se alcanzan 280 kilómetros por hora.Chocó con una barrera lateral y su coche se deslizó hasta que topó con otra valla de protección en la chicane más célebre de la pista.Mónaco se paralizó con el corazón encogido. Desde julio de 2009, cuando el brasileño Felipe Massa sufrió un accidente en Hungría, no se veía a una ambulancia sobre la pista y a los sanitarios sacando de un amasijo de hierros a un piloto mientras sábanas blancas evitaban posibles imágenes escabrosas."En aquel momento me vino brevemente a la cabeza el parecido del accidente con el de Karl Wendlinger", aseguró a dpa el patrón del equipo, Peter Sauber.En 1994, un choque en el mismo lugar durante los entrenamientos libres tuvo varias semanas en coma al piloto austriaco, que no volvió a competir aquel año y se diluyó al siguiente."Pero en una situación así no hay tiempo de pensar mucho sobre eso. El presente es lo importante. Hay que ocuparse de hacer lo correcto", añadió el suizo.Pérez, que entonces estaba en su primer año en la Fórmula 1, fue trasladado al hospital Princesa Gracia de Mónaco. Allí se constató que el mexicano sólo sufría una fuerte conmoción cerebral y algunas contusiones. Dos días después fue dado de alta."Fueron los peores momentos como padre. No se lo deseas a nadie", aseguró a dpa Antonio Pérez, que, como aquellos días, está acompañando a su hijo durante el fin de semana de carreras en el Principado. "Si hoy tuviera hijos trataría de que no fueran pilotos. Es un momento muy especial y muy difícil".Antonio, que fue campeón nacional en 1987, es el culpable de inocular el virus del automovilismo en su descendencia. Sus dos hijos varones son pilotos."Y Sergio nació por cesárea ocho días antes porque yo tenía que trabajar en las carreras de Daytona. Hasta en eso fue rápido", bromeó su padre, que asegura que ve a su hijo "mejor que nunca"."Para nosotros es 'I love Monaco'", aseguró Antonio. "Mónaco nos ha dado todo. Le dio el triunfo y le dio eso. Todo es una curva de aprendizaje. Lo que no te elimina te fortalece".El piloto de Sauber decidió incluso mudar su residencia al lujoso microestado de los Grimaldi, donde en 2010 se impuso en la carrera de GP2, categoría justo inferior a la Fórmula 1."Yo lo veo incluso mejor que el año pasado", advirtió Massa, que sabe lo que es regresar al lugar de un accidente grave. "A mí no me afectó. No sentí nada malo o extraño cuando volví un año después a Hungría. También porque no recordaba nada".El accidente de Pérez sí que sigue muy presente en el equipo Sauber. "Uno no olvida este tipo de cosas", dijo su directora ejecutiva, Monisha Kaltenborn. "Gracias a las reglas de seguridad y supongo que a la suerte, el piloto no se hizo realmente daño"."Pero al mismo tiempo hay que seguir y concentrarse en el futuro. Y pienso que Sergio ha hecho un gran trabajo en ese sentido", añadió.Pérez, segundo este año en Malaisia, fue de los más rápidos en los entrenamientos libres del viernes, antes de que la lluvia arruinara la jornada. l asegura que ni siquiera pensó en ello cuando atravesó el túnel, pero es más consciente que nunca de lo que implica su profesión y Mónaco: "En esta pista, si no arriesgas, no ganas".dpa in dgm 251051 GMT
