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Obreros de la construcción fueron testigos privilegiados de las sesiones privadas de la "Roja"

Un grupo de maestros tuvo la "suerte" de estar trabajando en una edificación cercana al Municipal de Calama que les permitió observar todos los detalles al interior del recinto loíno.

02 de Junio de 2012 | 12:00 | Por Roberto Gálvez, enviado especial a Calama
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La selección también entrenó a puertas abiertas, pero cuando no los obreros igualmente presenciaron los trabajos de Borghi.

Marco Muga, El Mercurio

CALAMA.- Una verdadera revolución se vivió en Calama tras la estadía de cinco días de la selección chilena en la ciudad loína. Y si bien Claudio Borghi y su cuerpo técnico abrieron las puertas de los minutos finales de un par de entrenamientos, la parte neurálgica de las sesiones fueron hechas a puertas cerradas. De hecho, el día de fútbol formal nadie pudo ingresar.

En cada una de las prácticas, los hinchas que llegaron a las afueras del recinto loíno mostraban el nerviosismo por entrar al estadio e intentaban, por todos los medios, observar algo de lo que sucedía dentro de la cancha. Incluso, hubo un par de ellos que arriesgando su integridad física se encaramaron en las paredes que rodean el coliseo calameño para intentar observar a los seleccionados.

El esfuerzo muchas veces quedó en nada, ya sea porque los árboles tapaban la vista, o bien, porque Carabineros les solicitaba que bajaran de esa posición. Claro que hubo cinco individuos que no tuvieron inconvenientes para presencias los entrenamientos.

Fueron obreros de la construcción que, con toda la suerte del mundo, se encontraron con la sorpresa que desde su lugar de trabajo, se observaba completamente la cancha del Municipal de Calama.

Las instrucciones del Bichi, los movimientos de los jugadores y el gol de penal convertido por Humberto Suazo el miércoles ante la sub 18 de Cobreloa. Todo. Absolutamente todo fue presenciado por los "maestros", que junto con empastar las paredes, aprovechaban de ver a Sánchez, Vidal, Medel y compañía.

"Estuvo un poco fome al principio", comentaron los trabajadores tras el partido de la selección chilena ante el elenco juvenil loíno. Y es que realmente observaron todo, incluso que la falta que permitió a Chupete convertir el penal, fue cometida a Sánchez. O que Vidal se pasó a cuanto jugador naranja se le puso enfrente antes de convertir para el 2-0 final del primer tiempo.

Incluso, desde el segundo día de entrenamientos de la selección en el recinto calameño, los obreros se "avivaron" y llevaron binoculares para ver con más detalle lo que sucedía en la cancha del Estadio Municipal de Calama.

Es lo que genera la Roja. Algunos con más suerte que otros y que tuvieron que esperar a que la selección estuviera en Calama, le sumaron un poco de fortuna, y pudieron presenciar cada uno de los pasos del equipo en la cancha loína.

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