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Santiago: Viernes 19 de abril del 2024 | Actualizado 06:36
BELLEGARDE-SUR-VALSERINE, Francia.- El francés Pierre Rolland, del equipo Europcar, ganó la 11ª etapa del Tour de Francia, este jueves entre Albertville y La Toussuire-Les Sybelles, en una jornada en la que el británico Bradley Wiggins (Sky) conservó el maillot amarillo de líder, pese a que el italiano Vicenzo Nibali (Liquigas) lo puso en dificultades y donde el australiano Cadel Evans (BMC) no aguantó el ritmo y perdió casi minuto y medio.
El ciclista del Europcar, que ganó el año pasado en Alpe D'Huez, sobrevivió en una larga escapada lanzada en el primer puerto y llegó con cerca de un minuto de diferencia sobre un grupo encabezado por el ciclista más joven del Tour, el francés Thibaut Pinot (FDJ), vencedor el domingo en Porrentruy (Suiza).
Rolland, de 25 años, se presentó al inicio de la ascensión en La Toussuire en compañía del croata Robert Kiserlovski, el bielorruso Vasik Kiryienka y el danés Chris Anker Sorensen, con una ventaja de tres minutos y medio sobre el pelotón.
En el ascenso de 18 kilómetros y un desnivel de 6,1 kilómetros, Rolland que se había caído durante el descenso del Mollard, atacó en dos ocasiones hasta quedarse sólo a falta de 10 kilómetros. Entre los favoritos, Nibali lo volvió a intentar, pero Wiggins con su escudero y compatriota Christopher Froome aguantaron.
Precisamente Froome demostró en los últimos kilómetros acabar más entero que su jefe de filas, aunque sólo lo plasmó en la llegada, al restar dos segundos a Wiggins.
Evans, por su parte, no pudo seguir el ritmo de los mejores y se descolgó, perdiendo al final 1:26 sobre el líder, con lo que en la general ahora está cuarto a 3:19.
Precisamente el australiano fue el único que lo intento en la subida a la Croix de Fer, segundo y último puerto de categoría especial de la jornada, pero se encontró con la fortaleza del equipo del líder, con dos compañeros, además de Froome, que se mantuvieron con él hasta la última ascensión.
El español Alejandro Valverde (Movistar) formó parte de la escapada inicial, pero perdió terreno en la subida a la Croix de Fer y, aunque se mantuvo muchos kilómetros en el grupo de los mejores, al final no pudo.
Por su parte, Haimar Zubeldia también estuvo adelante hasta los últimos kilómetros. Llegó en un tercer grupo a 3:53 y se mantiene sexto en la general, a 6:15.
Otra etapa para no perdérsela
La lucha en la montaña continuará este viernes. La etapa más larga del Tour de Francia, 226 kilómetros entre Saint-Jean-de-Maurienne y Annonay Davézieux presenta un perfil contrario a los hábitos, con grandes dificultades montañosas en la primera parte de la carrera.
Difícil contar con grandes diferencias entre los favoritos cuando los dos puertos de primera categoría de la jornada se sitúan antes de pasar el ecuador de la jornada.
El ascenso al Grand Cucheron (15,3 km al 6,2 %) y al Granier (9,7 km al 8,6 %), ambos de primera categoría, se presentan más como pruebas de desgaste y pruebas de fuego para los sprinters que como auténticas rampas de lanzamiento de aventuras.
Tras la cumbre del segundo puerto restarán casi 130 kilómetros hasta volver a encontrarse con una nueva dificultad montañosa.
Se trata de la Cota de Ardoix, un subida de tercera categoría de algo menos de seis kilómetros y con una pendiente media del 3,4 %.
Su cumbre se sitúa a casi 20 kilómetros para la meta, un terreno escarpado que puede servir para favorecer aventuras en solitario pero que difícilmente tendrá influencia en la general.
