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Con réplica de campamento cercano a la cumbre se revivió expedición chilena al Everest

Sebastián Irarrázaval, médico de la más reciente expedición chilena a la montaña más alta del mundo, narró por primera vez y de manera pública la hazaña lograda por el equipo liderado por Rodrigo Jordan.

01 de Agosto de 2012 | 22:29 | Emol
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Alta Comunicación

SANTIAGO.- El médico Sebastián Irarrázaval, galeno que acompañó al equipo encabezado por Rodrigo Jordán en la cumbre del Everest, hizo en poco más de media hora, una revisión exhaustiva –apoyada en imágenes y videos– de lo que fue, según sus palabras "la aventura más grande de mi vida".

Por primera vez y de manera pública el montañista contó los detalles de la historia y mostró un video de los últimos metros y minutos antes de la cumbre. En este se podía escuchar claramente la forzosa respiración de los escaladores y denotaba los movimientos en "cámara lenta" de los agotados andinistas.

"Habían 40 grados bajo cero y era como estar en la Luna. Cualquier parte del cuerpo que quedara descubierta era motivo de congelamiento", comenzó narrando el traumatólogo, quien junto con el resto del equipo debió sortear peligros como avalanchas diarias, bajísimas temperaturas, y por supuesto la falta de oxígeno por la altura.

Por eso era tan importante que el equipo fuera perfecto. "Un error en el equipamiento era causal de muerte", contó el profesional. Tanto así que, relató, hubo cerca de 10 muertos en el Everest los días en que la expedición chilena estuvo en el lugar.

Sobre los 7 mil metros, explicó el Irarrázaval, se respira un tercio del oxígeno necesario para el funcionamiento normal del cuerpo, por lo que era necesario llevar botellas de oxígeno adicional. Cada paso era un esfuerzo mental tremendo, según el doctor.

"Si no hubiese sido por los mensajes de texto de apoyo que recibíamos, la motivación y las ganas no hubiesen sido las mismas", continuó.

En la cumbre y ya por sobre las nubes, contó, se divisa una gran sombra de varios kilómetros que deja la montaña. Y es tanto el viento y poco oxígeno que hay en ese lugar, que "no son muchas las ganas de quedarse por mucho tiempo".

La expedición estuvo una hora en la cumbre, aunque normalmente los escaladores se quedan sólo unos minutos. Fueron 10 compatriotas los que hicieron cumbre.

El descenso duró una semana, "pero ahora, a meses y miles de kilómetros de distancia, aún siento que estoy ahí", contó Irarrázabal. Con esas palabras culminó su relato el especialista, quien dice anhelar volver a la cumbre.

Esta experiencia la compartió con cerca de 100 personas que asistieron a la inauguración de la tienda North Face del Costanera Center.

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