BUENOS AIRES.- El público llevaba ya más de tres horas aguantando el fuerte sol de Buenos Aires. Habían pasado los cuadriciclos y las motos. Pero en el ambiente se sentía que algo faltaba, el condimento para una cena perfecta. Y lo tuvieron después de tanta espera, cuando un Hummer naranjo apareció por el Obelisco.
El fuerte rugir del motor de esa verdadera máquina comenzó a escucharse varios metros antes de pisar el escenario. Era el coloso del norteamericano Robby Gordon, bautizado como el showman de la prueba más extrema del mundo.
Y es que de espectáculos sí que sabe el estadounidense. No sólo refrescó la tarde con el fuerte ruido de su motor, luego subió a la rampla y con dos saltos hacia adelante en su vehículo puso la adrenalina que faltaba en el ambiente.
Es que el compañero de equipo de Eliseo Salazar palpita espectáculo y lo abraza como su arma de lucha, aunque reconoce que este año viene a pelear por algo importante.
Fue un paréntesis en la calurosa tarde bonaerense que al decir de los propios pilotos, tuvo menos gente en las calles que al año anterior cuando se superaron las 800 mil. Según estimaciones preliminares este 2011 se habría pasado las 500 mil.
“En el recorrido hacia acá había menos gente al paso, pero en el Obelisco es como lo mismo del año pasado”, comentó Felipe Prohens.
Opinión similar tuvieron la mayoría de los competidores que ya no son novatos en la prueba más extrema del mundo. A pesar de eso, vivieron, según ellos, una “tarde espectacular”.
Los chilenos se veían ya más relajados, aunque agobiados por el calor, pero con ganas de que comenzara pronto la competencia de verdad. Desde Emiliano Fuenzalida (quads), el primero en pasar por el escenario de presentación, hasta Francisco Casale (camión), el último criollo en saludar a la gente, reconocieron que esta actividad previa sirve para botar parte de los nervios a la competencia.
La larga jornada que finalizó cerca de las 20:00 horas dejó sólo el destello de los vehículos que ahora emprenden rumbo al norte y a la carrera de verdad que entra el 5 de enero a Chile.