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Europa adopta su nueva moneda en forma definitiva

Tal como estaba previsto, este vienes la totalidad de los países que componen la Unión Europea adoptaron en forma definitiva la nueva moneda, el Euro, que pone fin a las ex monedas locales, como el marco, el franco y la lira.

01 de Marzo de 2002 | 12:48 | AFP
FRANCFORT.- Los doce países de la zona euro enterraron definitivamente este viernes sus antiguas monedas nacionales y pusieron punto final a la mayor reforma económica de su historia reciente.

Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Grecia, Italia, Luxemburgo y Portugal dijeron el adiós definitivo a sus monedas el jueves a medianoche.

Algunas semanas antes, Holanda, Irlanda y Francia pusieron fin también al periodo de doble circulación entre el euro y sus antiguas divisas nacionales.

Este adiós no causó ni dramas ni una excesiva nostalgia. Incluso los alemanes, conocidos por su amor desmedido al marco dieron adiós sin demasiada tristeza a la moneda símbolo de su renacimiento económico y su reunificación.

Igual pasó con los griegos, que poseían la moneda más vieja del mundo, o los italianos, quienes, algo más nostálgicos, arrojaron sus últimas liras a la fontana de Trevi, en Roma.

"El hecho más sorprendente fue la ausencia total de dramas e incluso la falta de interés", señaló el jueves el portavoz de la Comisión europea, Jonathan Faull.

De ahora en adelante, 304 millones de europeos comparten la misma moneda, lo cual significa una mayor transparencia de precios y a largo plazo unas reglas de competitividad más honestas que beneficiarán a los consumidores y a la economía regional.

Algunos ya prevén que Gran Bretaña, Dinamarca y Suecia se unirán a la familia del euro en breve. Los tres países, a pesar de ser miembros de la Unión Europea (UE), prefirieron esperar antes de dar el 'sí' a la moneda común.

Hicieron falta más de 30 años para concretar este proyecto, del que se habló por primera vez en 1969 y que tuvo que enfrentar evoluciones dispares de las diferentes economías, oposiciones de los políticos y críticas de prestigiosos economistas.

Los doce países aceptaron dejar atrás su soberanía monetaria y reconocer como columna vertebral financiera al Banco Central Europeo (BCE) a pesar de no imitar el mismo modelo de sus diferentes bancos centrales nacionales.

Los últimos sondeos revelan que más de un 80% de los ciudadanos de los doce países de la zona euro consideran el cambio de moneda como un éxito y un 70% de ellos se declaran satisfechos de la nueva divisa común.

Los pagos en euros se generalizaron a velocidad sorprendente y las monedas nacionales quedaron pronto marginadas, incluso durante el plazo que convivieron con la nueva divisa.

Pero para algunos, el euro está sirviendo para esconder una política europea que no es ni coordinada y armónica: algunos países de la zona compiten fiscalmente con sus socios, otros se niegan a abrir sus mercados en sectores clave como la energía y los servicios públicos.

Para otros, el éxito de esta reforma monetaria abre el camino para otras reformas más políticas, comenzando por la ampliación de la Unión Europea (UE).
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