ARGENTINA:
La situación del sistema financiero sigue siendo sumamente crítica. Entre los problemas se incluyen una liquidez severamente ajustada (pese a las restricciones en los retiros, los depósitos siguen declinando con fuerza), flujos de caja negativos, deterioro de los portafolios de préstamos, insolvencia y un futuro dudoso, aun si pudieran encontrar la forma de superar sus dificultades más inmediatas. Algunos accionistas extranjeros han empezado a marcharse y pese a que otros han mostrado cierto grado de apoyo mediante inyecciones limitadas de fondos, se espera más caídas de bancos en el corto plazo.
BRASIL:
La estructura del sistema financiero ha cambiado notablemente desde mediados de los 90. Entre las características más positivas está la estrategia del Banco Central de un fortalecimiento gradual del sistema mediante mejoras en las regulaciones, supervisión y transparencia, así como las privatizaciones. Pero los bancos han venido encarando un duro entorno por largo tiempo. Las instituciones financieras han visto reducirse su disponibilidad, enfrentan altos costos desde la crisis asiática de 1997 y operan en un entorno económico nacional de ansiedad en los mercados. Las vulnerabilidades en las posiciones externas y fiscales de la economía brasileña, incertidumbre relacionada con las elecciones presidenciales de octubre y reducida capacidad de fondos del exterior han dado lugar a mercados financieros de alta volatilidad y una tasa de cambio históricamente alta.
CHILE:
Los bancos chilenos continúan siendo los más aislados de los problemas económicos y políticos que afectan a gran parte de la América Latina. Adicionalmente, se benefician del entorno financiero del país, que es menos riesgoso y más transparente que los de otros países. Pese a un descenso económico nacional, la calidad de activos y rentabilidad bancarios siguen siendo firmes, con indicadores que muestran tendencias a la recuperación en comparación con los patrones internacionales. El hecho de que los bancos encaran algunas presiones políticas debido a su lentitud para transferir a sus clientes los descensos en las tasas de interés contribuirá a un entorno más desafiante. Pero esas presiones no tienen el potencial de afectar materialmente ni a los bancos ni al propio sistema.
COLOMBIA:
En los últimos 18 meses, los bancos colombianos han mostrado mejores resultados que tienen que ser analizados cautelosamente. El país, como otros mercados latinoamericanos, sufre de una lenta actividad crediticia. La generación de ingresos se ha visto así constreñida, pero los bancos están informando de buenos resultados finales. Estas ganancias se explican en parte por el hecho de que los bancos, en general, han adoptado una estrategia lenta al aprovisionamiento de reservas por préstamos perdidos. La tasa de cobertura de esas reservas es de las más bajas en la región.
MEXICO:
En la primera mitad del año los bancos mexicanos han demostrado adaptabilidad a las bajas tasas de interés y lenta actividad crediticia, y obtuvieron buenos resultados. Se espera que continúen en esa posición en lo que resta del año. Los bancos han compensado sus carencias con costos y comisiones más altos, que representan ahora el 21% de sus ingresos de operaciones, en contraste con el 16% de hace tres años. En el corto plazo, la principal preocupación continúa siendo la lenta actividad del crédito, que no ha repuntado pese a mejores tasas de interés. La declinación en los portafolios de créditos tiene varias causas, que van desde aversión al riesgo bancario y altos patrones de selección a una baja demanda crediticia. Los banqueros continúan preocupados sobre el frágil entorno legal del crédito y la protección del acreedor. En abril, el gobierno presentó al Congreso un paquete de reformas legales que encaran este tema que, si se aprueban, serán un paso positivo hacia el fortalecimiento de los derechos del acreedor.
PERU:
El sistema bancario está poniéndose en forma lentamente, al retornar el país a un ambiente económico más estable. Luego de años de recesión y problemas políticos, la economía está empezando a crecer otra vez y los bancos parecen listos a beneficiarse. Los bancos tienen buena liquidez y los créditos al consumidor han empezado otra vez a crecer al aprovechar los costos de financiamiento y mejores proyecciones económicas. Pero este escenario de la banca peruana puede verse afectado si se materializa el deterioro de la economía brasileña o si los recientes indicios de incertidumbre política en el país afectan la consolidación de la recuperación económica.
URUGUAY:
El sistema financiero no ha podido recuperar la confianza de los depositantes, como se ha visto por la aceleración en la fuga de depósitos, que resultó en el feriado bancario de cuatro días la semana pasada. El nerviosismo empezó a fines del año pasado en algunas instituciones que estuvieron muy expuestas a la crisis argentina. Los reguladores enfrentaron estos problemas con relativo éxito, pero no pudieron eliminar la incertidumbre o restituir la confianza en el sistema, especialmente entre los depositantes no residentes. Aun si la actual grave situación del sistema financiero fuera superada en el corto plazo, los bancos encararán todavía en ambiente duro de trabajo por un tiempo por la recesión económica y la depreciación del peso.
VENEZUELA:
El ambiente de volatilidad operativa e incertidumbre ha ejercido una severa presión sobre la economía y el sistema bancario. Varios factores de desequilibrio -entre ellos la adopción de un régimen cambiario flotante, el deterioro de la economía con altas tasas de interés, alta inflación, continua devaluación y situación política inestable- han deteriorado el perfil financiero de los bancos. El sistema bancario sufre de liquidez con una continua fuga de capital y un 30% menos depósitos que en el 2000. La demanda de crédito sigue siendo escasa y las altas tasas de interés desaniman a los clientes. Los bancos tienen una significativa exposición a los bonos del gobierno, lo que afectará la calidad de activos si la economía se deteriora más.
