TOKIO.- La bolsa de Tokio cayó hoy moderadamente en una jornada marcada por la venta del sector de exportaciones ante la subida del yen y por la retirada de beneficios de los inversores de cara al fin de semana.
Al cierre de la sesión, el índice selectivo Nikkei de los 225 principales valores perdió 59,27 puntos (0,67 por ciento) hasta situarse en los 8.731,65 puntos, después de haberse apuntado ayer un 2,09 por ciento de ganancias generalizadas.
El indicador Topix, que reúne todos los valores de la primera sección, retrocedió 4,07 puntos (0,47 por ciento) hasta los 861,36 puntos.
El volumen de negociaciones en la sección principal ascendió ligeramente hasta los 1.073,79 millones de acciones, frente a los 1.071,19 millones de ayer, superando los 1.000 millones de acciones por tercera jornada consecutiva.
Los valores en descenso sobrepasaron aquellos en ascenso, por 692 contra 636, mientras que 164 no registraron variación.
Según los expertos, el mercado de valores abrió la jornada con una ligera subida y tras fluctuar sin rumbo aparente en terreno positivo cerró con un balance negativo.
Los inversores se dedicaron a retirar beneficios y a vender los valores relacionados con el sector de exportaciones dado el debilitamiento del dólar, que cayó por debajo de los 118 yenes.
Bancos y empresas también comenzaron a ’’soltar’’ los valores cruzados tras el notable repunte ayer de la bolsa de Tokio, dijeron los agentes de bolsa.
’’Los bancos y las entidades corporativas venden los valores cruzados cuando el Nikkei se acerca a los 8.800’’, dijo un experto.
Entre la caída generalizada del sector de exportaciones, los fabricantes automovilísticos como Toyota y Honda fueron los que más perdieron.
También bajaron las inmobiliarias, las empresas de caucho y aceite y las de carbón, mientras que subieron las ’’securities’’, las aseguradoras y las compañías aéreas.
Los cuatro principales bancos japoneses concluyeron el día con resultados mixtos después de la retirada de beneficios en algunos, mientras que otros continuaron atrayendo a los inversores, quienes han dado la bienvenida a los esfuerzos bancarios de aumentar su capital para acelerar la liquidación de los créditos impagados.