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Muere en Italia fundador de Techint, la empresa afectada por secuestro en Perú

Roberto Rocca, considerado uno de los industriales más influyentes de Argentina, falleció en Milán a los 81 años de edad.

10 de Junio de 2003 | 16:07 | EFE
BUENOS AIRES.- Techint, el mayor grupo industrial de Argentina, que ayer, lunes, sufrió el secuestro de 60 trabajadores de uno de sus campamentos en Perú, se vio hoy sacudido por la muerte en Italia de su presidente, Roberto Rocca, uno de los hombres de negocios más respetados en Argentina.

Rocca falleció a consecuencia de una afección de páncreas, a los 81 años, en Milán, su ciudad natal.

Ingeniero de profesión, en 1950 se doctoró en Metalurgia en el célebre Instituto de Tecnología de Massachusetts de los Estados Unidos.

En 1945, después de prestar servicios en la Marina italiana como oficial de máquinas en un submarino durante la Segunda Guerra Mundial, se unió a su padre, Agostino Rocca, para fundar Techint, una conglomerado de empresas con negocios en la siderurgia, la construcción y la ingeniería.

Artífice del rápido crecimiento del grupo, en 1978 sucedió a su padre en la dirección de Techint, que por entonces contaba con dos plantas siderúrgicas en Argentina, 15.000 empleados y una fuerte presencia internacional, fundamentalmente en Latinoamérica.

En la década del 80, Roberto Rocca se convirtió en un referente de la industria local por los proyectos de innovación tecnológica que impulsó en Siderca, empresa fabricante de tubos de acero sin soldadura, hoy convertida en la primera proveedora mundial de este producto para la industria del petróleo y el gas.

Gracias a este proceso, Techint se consolidó como un grupo de operaciones a escala global, con una gran actividad en la construcción de infraestructuras para el sector energético, como gasoductos, refinerías y centrales eléctricas.

En la década pasada, Rocca impulsó la incorporación a Techint de compañías del sector siderúrgico, como la mexicana Tamsa, la italiana Dalmine, la Japonesa NKK, la canadiense Algoma, la brasileña Confab y la venezolana Tavsa.

Este proceso culminó en 2002 con la creación de Tenaris, sociedad cuyas acciones se cotizan en las bolsas de Nueva york, Buenos Aires, Milán y México, que concentra las actividades de fabricación de tubos de acero de Techint en todo el mundo.

El empresario italiano expandió la actividad de Siderar en Argentina a la manufacturación de laminados de acero a partir de mineral de hierro, sumando en 1997 a la venezolana Sidor.

Por estos logros, Rocca recibió en 1999 el premio Willy Korf, máximo reconocimiento mundial para los empresarios siderúrgicos.

Techint también entró en otras áreas de negocios, como el petróleo, con la creación de Tecpetrol en 1981, y las telecomunicaciones, con Techtel.

Después de 25 años bajo la conducción de Rocca, el grupo Techint tiene presencia en cuatro continentes, una facturación anual de 7.500 millones de dólares y emplea a más de 50.000 personas.

En un comunicado a la prensa, Techint destacó "la calidez humana" y su estilo de dirección en el que "privilegió el consenso, alentó a los hombres de acción" y mantuvo firme la convicción de que el principal papel de la empresa es "la creación y transferencia de riqueza hacia la comunidad que la sostiene".

Con un patrimonio de 1.600 millones de dólares, el empresario fue calificado por la revista estadounidense de negocios "Forbes" en el puesto número 312 de los hombres más ricos del planeta.

De bajo perfil y poco amigo de las reuniones sociales y las entrevistas, Roberto Rocca estaba casado y tenía tres hijos, Agostino (fallecido hace dos años en un accidente aéreo en la Patagonia argentina), Gianfelice y Paolo, candidato a ocupar el lugar que su padre deja vacante en Techint.

El dolor por la muerte de su presidente se suma a la conmoción que vive desde ayer, lunes, Techint, después de que un grupo de hombres armados irrumpió en un campamento de la compañía en Tocate, en el departamento peruano de Ayacucho, en el sur del país andino, y secuestró a 60 trabajadores.

Los secuestradores exigen, entre otras cosas, el pago de un millón de dólares como rescate de los rehenes, que trabajaban en la construcción de un gasoducto.

Este es el segundo secuestro que sufren trabajadores de Techint en menos de un año después de en octubre del 2002 fueran hechos cautivos en la Amazonía de Ecuador dos empleados de la compañía, uno británico y otro ecuatoriano.
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