NUEVA YORK.- Los últimos datos de coyuntura en Europa reflejan que la reactivación económica en el Viejo Continente será mejor de lo esperado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su previsión de septiembre, destacó la directora general adjunta del organismo, Anne Krueger.
En un discurso ante la Asia Society Conference en Nueva York, Krueger explicó que Estados Unidos continúa "tirando de la recuperación" y recordó que durante el tercer trimestre del año la primera economía experimentó un crecimiento inesperado.
Sin embargo, en estos momentos existen "signos alentadores" de recuperación de la actividad, pese a que "continúa siendo débil".
Esta reactivación se observa también en Japón, "aunque de forma más modesta", matizó Krueger.
Según la 'número dos' del FMI, la institución internacional cuenta con que el crecimiento de la economía mundial sea "algo más fuerte" de lo esperado. En septiembre el FMI anunció que contaba con que la economía mundial crecería un 3,25 por ciento en 2003 y en torno al 4 por ciento en 2004, según informó europapress.es.
Este panorama se mitiga, sin embargo, en el caso de los países emergentes, aunque la depreciación de los tipos de cambio en América Latina ha favorecido la exportación y beneficiará el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
Krueger lamentó el fracaso de la reunión ministerial de la Organización Mundial del Consumo (OMC) celebrada el pasado mes de septiembre en Cancún y recordó que "la liberalización comercial multilateral ofrece buenas perspectivas para la mejora a medio y largo plazo de las expectativas de crecimiento, tanto de los países industrializados como para los países en vías de desarrollo", por lo que recomendó la reanudación inmediata de las discusiones del ciclo de Doha.
Además, la directora general adjunta del FMI señaló que la dependencia internacional persistente de Estados Unidos "pone a todos los países en una situación de vulnerabilidad, incómoda ante los fracasos que pueda sufrir la primera economía del mundo".
La solución, resumió, pasa "por las reformas del mercado laboral y de la producción en Europa, la reestructuración financiera y empresarial en Japón y un amplio abanico de reformas para mejorar el nivel y la resistencia al crecimiento de los países de economías emergentes".