El nuevo titular del Central argentino, Martín Redrado.
BUENOS AIRES.- El gobierno argentino decidió sorpresivamente no renovar el contrato del presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, y reemplazarlo por el vicecanciller, Martín Redrado.
Una fuente del gobierno informó que el Presidente Néstor Kirchner podría haber decidido no renovar el contrato de Prat Gay ya que éste no estaba conforme con la perspectiva de tener que esperar un tiempo la confirmación de su puesto por parte del Senado.
Prat Gay buscaba que el Primer Mandatario le garantizara una confirmación expedita.
La decisión, confirmada por el jefe de gabinete, Alberto Fernández, en una conferencia de prensa, tomó al mercado por sorpresa.
Analistas locales dijeron que Redrado -quien fue presidente de la Comisión Nacional de Valores entre 1991 y 1994- cuenta con una buena reputación en el sistema financiero local pero podría haber un efecto negativo sobre la bolsa y el peso hasta que quede clara la orientación de sus políticas.
"No era el cambio que el mercado estaba esperando (...) Es un cambio más político que técnico y el mercado va a tardar un tiempo en asimilarlo", dijo Mariano Tavelli, operador de Tavelli y Compañía Sociedad de Bolsa.
Reacciones del mercado
Poco después de la noticia, el
peso argentino sufrió una leve depreciación de 0,08 por ciSB= en una inusual jornada en la que el Banco Central no compró dólares y que estuvo acotada por la celebración del año nuevo judío. El peso alcanzó un mínimo de 3,0175 unidades durante la jornada.
El
riesgo país, por su parte, subía 30 puntos básicos a 5.489 puntos según el índice EMBI+ que elabora J.P.Morgan, tras haber trepado unos 50 puntos durante la rueda.
El
Bono Global 2008, referente de la deuda en cesación de pagos, cotizaba a 28,813 a las 2040 GMT con una leve caída de 0,187 puntos. Por la mañana había caído a 28,500 puntos.
Según Wall Street, el cambio no tendrá demasiado impacto en la forma en que Argentina está llevando las difíciles negociaciones para reestructurar su deuda de más del 100.000 millones de dólares, que dejó de pagar a principios del 2002 a causa de una aguda crisis financiera.
"No creo que haya un impacto muy grande. Probablemente no va a cambiar la forma en que se maneja la moneda o la inflación. Prat no estaba ligado a la renegociación de la deuda, y ciertamente no es la persona clave en eso", dijo Jim Barrineau, de Alliance Capital Management.
"Redrado es un reemplazo razonable", agregó.
"La salida de Prat-Gay y la designación de Martín Redrado tendrá poco impacto de corto plazo en la perspectiva de Argentina (...) Redrado es un político experimentado que mantendrá buenas relaciones con el presidente, el ministro de Economía y el resto del directorio del Banco Central", dijo el Credit Suisse First Boston en una nota de análisis.
Redrado estudió en Harvard y goza de buenas relaciones en el círculo empresarial local e internacional. Como vicecanciller, era el principal negociador comercial del país.
Según establece la ley argentina, la nominación de Redrado tendrá que ser enviada al Senado, que debe votar su confirmación.
Fernández dijo que el gobierno espera que la Cámara Alta trate rápidamente la candidatura de Redrado, junto con la del vicepresidente y de otros tres de los ocho directores del Banco Central, que también serán reemplazados.
La era de Prat Gay
Prat Gay lideraba un cambio de política monetaria en Argentina para instaurar un sistema de metas de inflación como el que lleva adelante Brasil, que planeaba lanzar el año próximo.
Al principio de su mandato, Prat Gay condujo la política monetaria argentina durante un período de gran inestabilidad cambiaria como consecuencia del desplome de la economía a fines del 2001.
El funcionario tomó las riendas del Banco Central tras una traumática devaluación que terminó con la paridad del peso argentino contra el dólar, que se había mantenido por ley durante casi 10 años.
Prat Gay, un ex ejecutivo de J.P.Morgan, tuvo que administrar la feroz crisis bancaria que siguió a la decisión del Gobierno de congelar los depósitos a fines del 2001 para evitar una fuga masiva de capitales.
Durante su gestión, el ex funcionario revalorizó el peso local hasta 3,0 unidades por dólar desde una cotización de 3,6 unidades.
