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Sony nombra a británico como nuevo presidente

Howard Stringer deberá ayudar al gigante electrónico a salir del bache de ventas al que le ha empujado la feroz competencia de otras empresas del este de Asia.

07 de Marzo de 2005 | 11:41 | EFE
TOKIO.- Con el fin de enderezar sus ventas, la firma japonesa Sony nombró hoy nuevo presidente del grupo al británico nacionalizado norteamericano Howard Stringer, primer ejecutivo foráneo que llega a la cumbre de un gigante nipón de la electrónica.

En un golpe de mano no por esperado menos importante, el Consejo de Dirección de Sony, el segundo productor mundial de artículos de electrónica, decidió recurrir a uno de sus hombres más pragmáticos para salir del bache de ventas al que le ha empujado la feroz competencia de otras empresas del este de Asia.

Sony, introductora de la consola de juegos Play Station y el manejable Walkman, ha sido incluso superada en los últimos tiempos por otras firmas japonesas en el concurrido mercado digital, como Matsushita y su poderosa marca Panasonic.

Stringer se encargará, con su función de presidente ejecutivo del consorcio (CEO), de renovar las estrategias de la compañía, cuyas acciones llegaron a perder un 14 por ciento de su valor en el índice Topix de la bolsa nipona en los últimos doce meses.

Este galés de 63 años, nacionalizado estadounidense en 1985, además de la vicepresidencia de Sony, que ocupaba desde noviembre de 2003, era responsable de Sony Corp. America desde 1997 y se encargaba también de las operaciones de los departamentos de música y cinematografía del grupo.

Stringer recibió su educación en Oxford y fue nombrado caballero en 1999 por la reina Isabel II; en su currículum profesional figuran treinta años de trabajo en el periodismo, en concreto en la cadena de televisión norteamericana CBS.

Una de las actuaciones principales de Sir Howard, y que le ha aupado al puesto de "chairman" del imperio Sony, fue el lanzamiento de una empresa de riesgos compartidos con la empresa germana Bertelsmann AG.

El resultado fue la creación de Sony BMG Music Entertainment, la segunda mayor discográfica del mundo que el año pasado concluyó un acuerdo valorado en 4.900 millones de dólares, 3.711 millones de euros, para adquirir los estudios Metro-Goldwyn-Mayer de Hollywood.

La decisión del Consejo de Dirección de Sony de nombrar a Stringer deberá ser aprobada por el Consejo de Accionistas de la compañía en junio próximo.

Stringer sustituye a Nobuyuki Idei, de 67 años, que había estado al timón de la presidencia de la empresa de electrónica desde 2000; Idei había sido también director general de Sony desde 1995 a 2000.

Además de la designación de Stringer, el Consejo decidió hoy nombrar como segundo hombre fuerte del grupo a Ryoji Chubachi, en lugar de Kunitake Ando.

Chubachi, de 57 años, se ocupaba hasta ahora de las operaciones de manufactura y de componentes electrónicos, y en sus primeras declaraciones explicó que Sony "se encuentra en una etapa de cambio" y es preciso "el fortalecimiento del sector de la electrónica".

Además, el nuevo director general apostó por "la mejora de resultados" y "la eficacia" del grupo, con "una mejor promoción".

Idei y Ando seguirán vinculados a Sony como asesores de la nueva dirección.

Expertos cuyas opiniones fueron recogidas por la agencia de noticias Kyodo señalaron que el ex presidente Idei cometió graves errores que llevaron al debilitamiento de la capacidad de producción de Sony.

En sus primeras declaraciones tras su nombramiento, el flamante presidente de Sony adelantó que aplicará a todo el grupo la estrategia exitosa de Sony Corp. America.

"Demostramos en nuestras operaciones de EEUU que podemos alcanzar una destacada eficacia, con una extraordinaria calidad y beneficios récord", dijo Stringer, primer extranjero al frente de uno de los gigantes de la electrónica japoneses y segundo en todo el panorama de los grandes imperios empresariales de este país.

El primero fue Carlos Ghosn, un brasileño de origen francés, que se puso al frente del fabricante de automóviles Nissan Motor en 1999, cuando la empresa Renault se hizo con el control de buena parte de esa firma japonesa entonces con grandes pérdidas.

En dos años, Ghosn catapultó de nuevo a Nissan a la cima del sector del motor con medidas drásticas para el espíritu laboral y empresarial japonés, como cierres de fábricas obsoletas, despedidas masivas de trabajadores y reordenación de recursos para el desarrollo de nuevos productos.

Además de alcanzar un ratio entre beneficios por operaciones y facturación del 8 por ciento, al fines del ejercicio 2002 Ghosn había eliminado las deudas con intereses en la división del motor del grupo Nissan.

Los medios de prensa se preguntaron hoy de inmediato si no estará el panorama empresarial nipón ante un segundo Ghosn, capaz de cumplir un nuevo milagro productivo y ocupar un lugar destacado en el altar de los "samuráis" de las altas finanzas de este país.
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