
SANTIAGO.-El consumo de carne entre los chilenos incorpora cada vez más la carne de cabrito faenada como una alternativa con calidad sanitaria mejorada, como parte de un proyecto que impulsa la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
El proyecto partió en noviembre del 2004 y concluye el 2007. Pretende transformar a pequeños crianceros de subsistencia, quienes venden los cabritos y sus productos de manera informal, en productores de carne de especialidad orientados a nichos de mercados especializados en alta gastronomía.
Entre los participantes se cuenta a más de 200 pequeños y medianos ganaderos de Limarí (Colbún en una segunda etapa) y Lonquimay, quienes el año pasado iniciaron los primeros contactos productivos con Comercial Chau de Santiago y acordaron los primeros envíos de animales, seleccionados de acuerdo con los parámetros requeridos por los mercados a satisfacer.
Hasta el momento, ya se han enviado a Santiago dos embarques con más de 700 animales provenientes del sector de Alcones Altos, al sur de Ovalle, los que han reportado a los crianceros cerca de 7 millones de pesos.
Rodrigo Vega, Director Ejecutivo de FIA, indica que "el mérito de este proyecto consiste en que una comercializadora está liderando el proceso y traspasando a los productores y proveedores la tecnología y habilidades para conformar una cadena productiva eficiente".
Cabrito chileno
Álvaro García, profesional de BTA Biotecnología Agropecuaria S.A. y Jefe Técnico del proyecto, explica que "el proyecto interviene técnicamente para mejorar el sistema productivo a fin de obtener un cabrito de cada vez mejor calidad comercial".
El proyecto establecerá primero varias unidades piloto donde se implementarán las mejoras y se estandarizará la alimentación, crianza y la producción de los piños.
Se está trabajando con tres grupos de productores y empleando piños de sobre 100 animales por productor. En la región de Coquimbo el proyecto lo asumió la Corporación de Crianceros de Limarí, comuna de Monte Patria, con productores de las comunas de Monte Patria, Combarbalá y Andacollo. En el Maule la iniciativa involucrará a la Asociación de Productores Caprinos de la comuna de Colbún, provincia de Linares, y en la Novena Región participan los Productores Caprinos de la Comuna de Lonquimay, de la provincia de Malleco.
En octubre del 2005 llegó a la zona central el primer embarque procedente del Limarí con más de 300 cabezas de cabritos provenientes de la localidad de Alcones, cuya carne se distribuyó en
cadenas de hoteles, restaurantes de lujo y escuelas de alta gastronomía, además de banqueteros y algunos cruceros internacionales.
La crianza de cabritos ha estado tradicionalmente en manos de pequeños y medianos productores, quienes orientan su producción a la obtención de leche, carne o quesos. Emplean suelos marginales de todo el país, y su ganadería es considerada de subsistencia, con escaso potencial de desarrollo, según el Ministerio de Agricultura.
Hace algunos años varias entidades públicas y privadas iniciaron un trabajo conjunto para elevar la calidad de la carne de cabrito, mediante la incorporación de nuevas razas, mejoras en el sistema de alimentación, capacitación a los productores y entrega de créditos de fomento.
Sin embargo, el comercio de cabrito y sus productos aún permanece mayoritariamente en el mercado informal, donde se transa con escaso retorno económico.
Se supone que el consumo nacional de carne de caprino es menor a 300 gramos per cápita al año, de acuerdo a cifras oficiales.