MADRID.- El gobierno socialista español decidió enviar una delegación político-técnica a Bolivia para aclarar el alcance de la nacionalización de los hidrocarburos que afecta a la petrolera Repsol-YPF, mientras trata de salvar la credibilidad de su política exterior.
"Por el momento lo que conocemos no pinta bien", afirmó el secretario de Estado español para Asuntos Exteriores e Iberoamérica, Bernardino León, a la radio privada Cadena Ser, tras indicar que la madrugada del miércoles, el canciller español, Miguel Angel Moratinos, habló por teléfono con el Presidente de Bolivia, Evo Morales, y "ambos acordaron el envío de una delegación política y técnica en los próximos días a Bolivia".
Según fuentes gubernamentales, el jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, podría hablar por teléfono en los próximos días con Morales, aunque según algunos diarios, ambos podrían reunirse la semana próxima en Viena durante la IV Cumbre Eurolatinoamericana.
Bernardino León, que semanas atrás se reunió con Morales en Bolivia a raíz de las investigaciones de la justicia boliviana sobre Repsol-YPF por contrabando y evasión fiscal, sostuvo que el panorama generado tras el anuncio de Evo Morales es "de una cierta confusión".
Sin embargo confió que el plazo de 180 días otorgado por el decreto boliviano a las petroleras para que regularicen su situación, sirva para "definir un enorme margen de cuestiones" que "permita a las empresas mantenerse en Bolivia de una manera razonable" pues "al final, serán las que tengan que decidir".
En esas negociaciones, "el gobierno español tiene que actuar con la mayor firmeza y con la mayor prudencia", afirmó León.
Repsol-YPF califica medida como "inquietante"
Fuentes de Repsol-YPF indicaron el miércoles que no tenían nada más que agregar por el momento a su reacción de la víspera, calificando de "inquietante" el decreto presidencial boliviano y anticipando que "arbitrará todas las acciones a su alcance para proteger sus activos" en Bolivia.
A través de su filial Andina, Repsol-YPF controla en Bolivia desde 1997 el 25,7% de la producción de gas de esa nación sudamericana, segundo reservorio gasífero de la región con 1,55 billones de metros cúbicos.
El gobierno español, que reiteró su "más profunda preocupación" por la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos y advirtió sobre "sus consecuencias para las relaciones bilaterales", convocó para la tarde del miércoles a sus secretarios de Estado de Asuntos Exteriores, de Comercio y de Economía.
Para esta semana, prevé una reunión entre un alto responsable gubernamental y las empresas españolas con intereses en Bolivia, entre las que figuran además de Repsol-YPF, Red Eléctrica de España, Iberdrola, Telefónica, Unión Fenosa, Abertis, BBVA, SCH, la Unión España de Explosivos, el Grupo Santillana de Ediciones y el Grupo Prisa.
En todo caso, España está en "contacto permanente" con otros los gobiernos de Brasil, Argentina, Bolivia y Venezuela, cuyos presidentes se reunirán el jueves para analizar la medida boliviana, dijo León.
Ahora bien, en el frente interno, la decisión boliviana volvió a poner en una delicada situación al gobierno Zapatero, que desde su llegada al poder en abril de 2004 se vanaglorió de poner en marcha una política exterior cercana a América Latina y opuesta a la desplegada por su predecesor conservador José María Aznar.
España calificaba de "excelentes y prometedoras" las relaciones bilaterales tras la llegada al poder de Evo Morales, primer indígena elegido presidente de su país por el 54% de sus compatriotas.
En ese contexto, en 2004 otorgó una ayuda no reembolsable a Bolivia, al que considera un país "prioritario" de la cooperación española, 44 millones de euros, según datos oficiales. Inclusive, durante la visita oficial que en enero pasado hizo Morales a Madrid, se anunció la condonación de la "mayor parte" de la deuda pública boliviana con España (total de 120 millones de euros).
Algunos diarios de derecha criticaron la reacción "tibia y sin consecuencias" del gobierno español, subrayando que el anuncio boliviano puso en evidencia el "fracaso de la diplomacia española".
Tras fustigar el decreto boliviano calificándolo de "leonino" y a Evo Morales de "alumno aventajado" de Fidel Castro y Hugo Chávez y de "outsider" de la comunidad internacional, el diario ABC (derecha) dice que el gobierno español "no tiene más remedio que cortar amarras y eliminar los miramientos" que ha dispensado "como primer chambelán de Morales".
"El gobierno español debe ser inflexible con Evo Morales (...) para evitar que la epidemia se extienda por la zona", advierte el diario económico Expansión, haciéndose eco de temores de Repsol-YPF de que la nacionalización o la fórmula de las sociedades mixtas se extienda, y después de Venezuela y Bolivia, llegue el turno de Argentina.
