WASHINGTON.- El candidato demócrata Barack Obama acusó hoy a su rival republicano John McCain de apoyar las políticas del Gobierno del Presidente George W. Bush, que provocaron la actual crisis económica, en el primer debate entre ambos aspirantes a la presidencia, que se lleva a cabo en Estados Unidos.
Los dos candidatos coincidieron en que el Congreso debe actuar pronto para impedir que millones de estadounidenses pierdan sus empleos y sus viviendas.
Cuando se le preguntó directamente si pretende votar por un plan de rescate que está tomando forma en el Congreso, McCain dijo: “Espero que sí... seguro”. “No hemos visto todavía la redacción”, repuso Obama. “Creo que se está haciendo un trabajo constructivo”, agregó.
Obama no perdió tiempo en ir al ataque, y aprovechó la primera pregunta de la noche para criticar a su rival. Sobre la crisis que ha puesto a Wall Street al borde del abismo, dijo: “También debemos reconocer que éste es el veredicto final de ocho años de políticas económicas fallidas que promovió el Presidente Bush y apoyó el senador McCain (...) no podemos darnos el lujo de otros cuatro años así”, agregó.
McCain buscó poner en aprietos a su rival al señalar que Obama ha pedido millones de dólares en fondos reservados por el Congreso, dinero que consideró un desperdicio que sólo apoyaba a simpatizantes, incluso después de que el demócrata se postuló para la presidencia.
Confrontación por los impuestos
En medio del debate, ambos candidatos a la Casa Blanca difirieron en cómo abordar una reforma fiscal.
Obama afirmó que si llega a la presidencia recortará los impuestos para los ciudadanos con una renta inferior a los 250 mil dólares anuales, el 95 por ciento de la población.
Asimismo, aseguró que esos recortes darán un mayor desahogo económico a los ciudadanos y, por consiguiente, harán crecer a la economía, "en lugar de la política que hemos tenido hasta ahora de recortar impuestos a los más pudientes y tener la esperanza de que las ganancias de los más ricos se filtren a las clases inferiores”.
Por su parte, McCain acusó a su rival de querer aumentar los impuestos y, en particular, a las empresas, que, según él, ya padecen algunas de las cargas fiscales más altas del mundo. También afirmó que el demócrata aumentaría el gasto de Hacienda en cerca de 100.000 millones de dólares en nuevas partidas presupuestarias.
"Quiero mantener los impuestos bajos”, afirmó McCain, partidario de mantener los recortes fiscales aprobados por la Administración del Presidente George W Bush.