BRUSELAS.- El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Barroso, pidió hoy un desarrollo "a tiempo y consistente" de los compromisos adoptados en el seno del G-20 para reformar el sector financiero, incluida una tasa a la banca que desincentive la asunción de riesgos y contribuya a sufragar los gastos ocasionados por el sector en futuras crisis.
Barroso hizo hoy esta recomendación en una carta que envió al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, en la que sugiere las líneas prioritarias que Europa debería defender en la próxima cubre del G20, que se celebrará en Toronto los días 26 y 27 de junio.
"Los sucesos de las últimas semanas han mostrado una vez más lo interconectados que se han vuelto los mercados y las economías. El G20 continúa siendo un vehículo clave para que la UE puje por una agenda que afronte estos restos y comprometa a nuestros socios internacionales a hacer lo mismo".
En esta línea, Barroso también desea que los líderes europeos busquen fijar unos principios sobre la remuneración de los directivos y unos estándares para examinar la convergencia entre las distintas economías.
"En la Unión Europea, la Comisión Europea está preparada para proporcionar las propuestas de reforma que faltan de manera que el Consejo pueda fijar un objetivo político y las medidas puedan adoptarse a finales de 2012. Deberíamos presionar para lograr la reciprocidad de nuestros socios", dice el comunicado enviado hoy por el Ejecutivo comunitario.
En su misiva, el dirigente del Ejecutivo comunitario resume en cinco puntos las iniciativas que deberían gobernar la posición común europea.
Además de los relacionados con el sector financiero, Barroso pide "progresos sustanciales" en las negociaciones para acordar un "ambicioso paquete de reformas" del Fondo Monetario Internacional en noviembre.
Asimismo, pide que se fijen los principios para la salida de la crisis, "una tarea que la Unión Europa ya ha realizado por su parte", tomando en consideración las distintas circunstancias nacionales y regionales.
En segundo lugar, solicita que se progrese en la emisión de recomendaciones por países dentro de las iniciativas del G20 para lograr un crecimiento económico sostenible.
A su juicio, esto debe hacerse "teniendo muy en cuenta la dimensión europea y de la zona euro", manteniendo los objetivos contenidos en la estrategia económica de la UE para la próxima década y los compromisos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que obligan a los estados de la UE a mantener su déficit público por debajo del 3% del PIB.
Por último, desea dar impulso a los objetivos del milenio, así como la lucha contra el cambio climático de cara a la cumbre de Cancún.
Los líderes de la Unión Europea tienen previsto trabajar en la definición de una postura común con la que acudir a la cumbre del G-20 en la próxima reunión de dirigentes europeos prevista para el 17 de junio en Bruselas.