NUEVA YORK.- El Senado de Estados Unidos decidió el jueves cerrar los debates sobre la reforma de Wall Street, prioridad legislativa del presidente Barack Obama, destinada a evitar la repetición de una crisis financiera como la ocurrida en 2008.
Los senadores aprobaron por 60 votos contra 40, poner fin al debate. Los demócratas obtuvieron el apoyo decisivo de tres republicanos, pero dos senadores de su bando votaron en contra.
El presidente Obama saludó la decisión del Senado afirmando que los intentos de Wall Street para impedir la reforma más importante desde la Gran Depresión de 1930, con acciones de grupos de presión, millones de dólares en publicidad y utilizando lagunas legales "fracasaron".
"Hoy, creo que se puede decir que esos esfuerzos han fracasado", afirmó Obama en una declaración emitida en el Jardín de las rosas de la Casa Blanca.
Por su parte, el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, felicitó en un comunicado "a los republicanos razonables que votaron para permitir que avance el proyecto de ley, pero estoy decepcionado con aquéllos que votaron para permitir las prácticas dudosas habituales de Wall Street".
Congresistas demócratas dijeron esperar que la votación final pueda realizarse en lo que resta de la jornada o el viernes.
"Lo mejor de ambos mundos: podríamos terminar esto y ocuparnos de otros asuntos. Trataremos de hacerlo", dijo Reid, quien admitió sin embargo que será "muy difícil lograrlo".
El proyecto de ley que debatió el Senado desde finales de abril prevé la creación de un organismo de protección del consumidor financiero en el seno de la Reserva Federal (Fed) estadounidense. El texto impide intervenciones de rescate de las entidades financieras a cargo del contribuyente.
La reforma incluye una regulación más estricta del inmenso mercado de los productos derivados de deuda, que sólo podrán ser comercializados de forma transparente, y proponía la prohibición de operar con ciertos productos financieros que fueron acusados de ser los causantes de la crisis inmobiliaria.
Esta última medida, considerada demasiado radical, llevó al Senador demócrata Chris Dodd a pedir dos años de retraso en su aplicación. Pero finalmente éste debió renunciar a su propuesta.
Durante las tres últimas semanas los senadores examinaron cerca de 60 enmiendas.
Entre las medidas adoptadas figura un texto que obligará a la Fed a ser más transparente mediante una auditoría completa del tribunal de cuentas estadounidense (GAO) que será efectuada durante un año.